Esta escultura de bronce del escultor local Joaquín García Donaire preside la Plaza del Pilar de Ciudad Real desde 1967. Hay una copia en un polígono semiabandonado de Filadelfia, ciudad hermanada con nuestra capital, regalada en 1997 por la Diputación y que nos costó 15 millones de pesetas.
Hubo una época en que era costumbre tapar los ojos de quien te acompañaba y preguntarle qué pata tenía el caballo levantada, para demostrar la poca curiosidad de la compañía.
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