La Biblioteka, en el Paseo de Pablo Picasso, aunque curioso por los libros que aparecen en sus paredes, es caro y con fritos de congelados de tapas; además, no hay ni un libro de verdad. La cafetería Pan Real de la calle Toledo es muy agradable y acogedora con tanta madera y tanto público, los cafés están ricos. El bar El Volante, en la calle Corazón de María, es lo mínimo que se despacha de cocina, todo a la plancha, sin elaborar, aunque a 1,20 la caña, lo peor el olor a aceite rancio; en La Casa de los Caracoles, en la plaza de Agustín Salido, por 1,30 hay cocina instantánea de, además de los caracoles, rejos, huevos con jamón, mejillones. En la Taberna Napoletana, en calle Lanza, me ponen una jarra de cerveza y platito de ñoquis por 2 euros, bajo un retrato de Sofía Loren, con mobiliario de diseño y buen ambiente.
jueves, 10 de marzo de 2016
bares y cafeterías de ciudad real (6)
La Biblioteka, en el Paseo de Pablo Picasso, aunque curioso por los libros que aparecen en sus paredes, es caro y con fritos de congelados de tapas; además, no hay ni un libro de verdad. La cafetería Pan Real de la calle Toledo es muy agradable y acogedora con tanta madera y tanto público, los cafés están ricos. El bar El Volante, en la calle Corazón de María, es lo mínimo que se despacha de cocina, todo a la plancha, sin elaborar, aunque a 1,20 la caña, lo peor el olor a aceite rancio; en La Casa de los Caracoles, en la plaza de Agustín Salido, por 1,30 hay cocina instantánea de, además de los caracoles, rejos, huevos con jamón, mejillones. En la Taberna Napoletana, en calle Lanza, me ponen una jarra de cerveza y platito de ñoquis por 2 euros, bajo un retrato de Sofía Loren, con mobiliario de diseño y buen ambiente.
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