La manera en que "El Quijote" se tradujo al chino resulta un caso extraordinario, cuenta Ricardo Piglia (Adrogué, 1941) en la conferencia “Literatura y traducción” en la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Lin Shu era un gran escritor que no conocía otra lengua que no fuera la suya. Un día, su ayudante empezó a relatarle diferentes episodios del texto cervantino. Lin Shu fue traduciéndolo y en 1922 publicó "Historias de un caballero loco", una versión creativa basada en el texto oral, con la firma de Cervantes. La situación es muy borgiana, según Piglia, heredero y hábil jugador dentro de aquella tradición polémica, repleta de plagios. “Me gustaría escribir un relato con las conversaciones que se daban cuando el asistente llegaba para contarle”, dice.
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