Esta foto no muestra un libro publicado sino las
pruebas de imprenta de la edición de 1791 de las obras dramáticas de William Shakespeare, abierto en unas páginas de Ricardo III. Como puede verse, el editor George Stevens ha corregido los textos originales del bardo para
mejorarlos. Se suprimieron palabras, se añadieron aclaraciones y se reescribieron pasajes completos (trozos de papel pegados escritos a mano por el editor). Así es como Shakespeare, que murió tal día como el de antes de ayer en 1616, ha ido adaptándose a las nuevas generaciones de lectores. Afortunadamente, estas pruebas han sobrevivido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario