Inauguarada en 1830 por el torero, tabernero y pintor del mismo nombre, se ha convertido en una tasca para sorprender a los guiris de horario aprendido, pues abre muy tarde. En ella se juntaron tertulianos escritores y artistas como Zuloaga. Muy mal vino y buena cerveza con una rodaja de embutido de tapa. Lo que más me gusta es que mantiene muchos elementos originales y lo que menos esos taburetes tan incómodos.
Los que la conocen se darán cuenta que me traje para acá la barra. Es lo que pasa por no usar lápiz y andar despistado.
Lo siento.
Caña por 1,40 euros.
Historia de la taberna
O vinho é mesmo mau, mas vale a pena beber uma cerveja ao balcão (barra).
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