Otra noche típica de Navidad, cena y fiesta organizadas por las Cármenes. Cena fatua con más continentes que contenido, con más ruido que chicha. Por aquí preferimos la buena cocina tradicional y se habla del mal que ha hecho la nueva cocina, esta estafa de buen aspecto (
Del aspecto no me quejo, decía mi abuela cuando le decían que lo tenía bueno aunque se quejase de algún dolor o enfermedad). Mucha alegría de ver caras conocidas y poder hablar con gente desconocida. Yo llevé mi cuaderno de bolsillo y me puse a disparar como loco entre refresquitos hasta que, aprovechados hasta los más nimios huecos, lo terminé. Arriba algunas páginas.
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