martes, 14 de agosto de 2012
otra vez en tren hacia vancouver
Los vecinos, entre ellos uno de San Sebastián de los Reyes, nos despiertan muy temprano. Tenemos que colocar todos los trastos del maletero en las mochilas, pues hoy devolvemos el Plymouth Neon. Enciendo la barbacoa y caliento la leche en una lata de cerveza y hago tostadas a la brasa con el pan de molde.
Amanecemos con un extraño cielo con estrechas y largas nubes en formación horizontal, en paralelo, formando grandes arcos como para una bóveda gigante. Se van cerrando, visualmente, hacia el horizonte. Se agradece, pues estamos en un descampado del camping.
Nos duchamos en la laundry. Los chavales esperan a que su ropa se seque escribiendo diarios. Librillos como el mío en que sólo escriben.
Montamos otra vez en el transcanadiense plateado. En la ventana el Monte Rodson (3.9954 m.), un enorme glaciar cerca de Murtle Lake, y el Thompson River. Blue River es un pueblecito de cuatro casas alrededor de un granero de madera. Un incendio al otro lado del Thompson. Mucho humo y árboles calcinados. Los helicópteros atraviesan las columnas de humo. La pequeña estación de North. Lagos y rocas peladas. Luego empresas, refinerías. El tren lleva encendido su gran faro frontal, bordeando los lagos, iluminándolos. Es nuestro entretenimiento en estas grandes curvas, hasta que el sueño se apodera de nosotros.
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