Doy un paseo por la mañana temprano. Las playas están tranquilas. En Varadero los pescadores arreglan las redes extendidas sobre la arena. Los críos venden pescado. Los alumnos de surf ya practican con la tabla y el neopreno. Veo alguna casa bonita y alguna que otra de cañas a lo Robinson, con papagayos incluídos. Desayunamos a lo Cristina y sus chicos en una pastelería.
A las once, Varadero ya tiene mucha gente. Los surferos novatos ya se lanzan al agua. Hoy es San Valentín, feriado, esto se va poner a tope.
Me divierto dibujando todo lo que se mueve. Estas escenas, y con esta misma luz y bruma, son las que me aparecen en sueños. Como todo el mundo, invento historias con los datos visibles. Relaciones extrañas, sucesos, intrigas, celos... y todo bajo el sol.
Comemos lo que toca, lo más parecido a una paella: arroz con mariscos. Bastante mejor que esas paellas que los guiris se apretan en España, incluso mejor que las que nos hacían nuestras madres.
A la sombra, se está bien con la brisa. Al atardecer se hace más bonito. Sin horizonte, el muelle se vuelve una estructura negra, el agua mercurio y los aventajados surferos curianas de neopreno que no logran atravesar el mercurio. Los pescadores vuelven a lomos de las totoritas y más tarde venden el pescado.
A pesar de estar todo el día a la sombra, excepto en los baños, me he puesto como un cangrejo sancochado. Canto a gringo.
Creo que en España estáis pasando un frío del copón. Que esto os valga para pensar en la media parte de la bolilla del mundo en que estamos boca abajo y buenamente nos mantenemos.
¡envidiaaaaaaa!
ResponderEliminarBoca abajo pero muy prioductivo. Estupendas crónicas.
Gracias Edurne. Conocer mundo y un cuaderno... ¡en nuestra salsa!
ResponderEliminarTienes una facilidad pasmosa para dibujar gente. Un saludo.
ResponderEliminarYa me llega el calorcito. Ese muelle sí que está negro y hermoso.
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