Un pegote de horas montados en un avión repleto de gente, a tope. Y es que hay muchos peruanos trabajando en Madrid y ya con pasaporte español. Uno de ellos, en el paro, dice que le firma su hermano. También hablo con el padre de un piloto del Dakar de este año, que aún sigue en la prueba. Lloran un pegote de niños que son nuestro futuro. Beni da, feliz, el biberón a uno de ellos. Me dedico a dibujar pasajeros entre sueños y pelis. Mi compañero es de Trujillo, lleva una camiseta del Barcelona. Al retraso hay que añadir una gran cola en Migración.
Hay obras en todas las playas. El taxista habla de un megaproyecto y yo me pongo a temblar. Llegamos con mucho retraso a Point Lodge. Pillamos una habitación de madera que da al jardín lleno de plantas, hamacas y una mesa de pinpong. La gente es muy joven, oyen música y beben cusqueña. Estamos cansados. Mañana será otro día.
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