Y los que fueron por el agua me dixeron como avían estado en sus casas, y que eran de dentro muy barridas y limpias, y sus camas y paramentos de cosas que son como redes de algodón. Las casas son todas a manera de alfaneques y muy altas y buenas chimeneas, más ni vide, entre muchas poblaciones que yo vide, ninguna que pasase de doze hasta quinze casas. Aquí fallaron que las mugeres casadas traían bragas de algodón, y uno que avía a la nariz un pedazo de oro que sería como la mitad de un castellano, en el cual vieron letras.
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