Eran muy muchos, todos tintos de colorado y desnudos como sus madres los parieron, y algunos d'ellos con penachos en la cabeça y otras plumas todos con sus manojos de azagayas. Vinieron todos a las barcas y daban cuanto tenían por cualquiera que les daban. Ellos son gente como los otros que e hallado y de la misma creencia, y creían que veníamos del cielo, y de lo que tienen luego lo dan por cualquier cosa que les den, sin dezir qu'es poco, y creo que así harían de especería y de oro si lo tuviesen.
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