lunes, 1 de agosto de 2011
velatorio de dionisio
Después de nacer en una familia muy numerosa y educarse en internados, uno aprende a hacerse invisible. La invisibilidad es una propiedad muy útil para rellenar cuadernos de gente. Y también para desaparecer sin que nadie se de cuenta cuando la cosa se pone fea.
Pasando unos días en Mestanza en 2009, murió Dionisio, el padrino de Beni. Como mi cuaderno y yo somos inseparables, allí nos pilló a los dos. Usando mis poderes invisibilizadores, dibujé a los que se quedaron en el velatorio. Así logré pasar esas horas muertas (vamos, de forense), conseguir un documento curioso y conocer más a mis vecinos. Jamás me hubiera atrevido a sacar una cámara de fotos, sin embargo, el cuaderno pasó totalmente inadvertido.
El emborronamiento de los dibujos se debe a un castigo divino posterior: mientras dibujaba Riofrío, quiso Éste que cayera al agua con el cuaderno en la mano (para que no se mojase, instintivamente no lo solté, por lo que dí con el pecho en una gran piedra que me hizo una fisura en una costilla, que aún da la lata. Así, habilmente, conseguí un cuaderno empapado y un dolor insufrible). Loado sea el Altísimo.
Los personajes son: La Beni (la viuda), su hermana Virginia, la Benigna (madre de Gila y encargada de los seguros de los muertos, que gestionan el entierro), Mari Nieves, la mujer de Matías, Alberto (hijo de Dionisio), Fran (hermano de Rosa), La Pili (hija pequeña de Dionisio y la Beni), Luis (primo del finado, produce una gran impresión pues se le parece mucho), la chica que lo estuvo cuidando, la Mari (la hija mayor), la Pili en otra posición, Don Antonio (padre de Fran y Rosa, ya fallecido, Martina (la hermana de la Merce) y su cuñada Erminia.
Loado sea¡... Como tus dibujos, tus cuadernos, tu persona y el encuentro que nos han permitido. Hasta hace nada no era capaz de dibujar fuera de mi guarida, pocas veces escribir. Ahora mi guarida se amplia al abrir el cuaderno: se convierte en una quechua de 2", pero por suerte o por desgracia no me ha tocado de velatorio. Suena un poco morboso, pero el día que esté en medio, no quiero privarme de dibujármelo todo y a todos y anotar lo que están pensando. Lo único, que no lo podré subir a los blogs y compartirlo.
ResponderEliminarEl emborronamiento ambienta la escena y un halo de misterio y complicidad envuelve a los retratados. Es curioso como en tus manos estaba la potestad de inmortalizar la vida al velar al que la deja.
Mucho mejor no estar en medio con ese mosqueante olor a flores cortadas. Lo que sí me imagino es un pequeño cuaderno en la fatriquera y un rotu. Expectantes, inquietos, esperando como esos perrillos a los pies de los hombres ilustres en su sueño eterno.
ResponderEliminarBienvenida a este hermoso mundo!
Si se puede contratar dibujante para velatorio, me pido a José María. Lo único que sentiré es no poder ver los dibujos. Desde luego los del padrino de Beni me parecen impresionantes y muy oportuna esa caída al río que parece un homenaje a Jorge Manrique.
ResponderEliminarGracias por la publi. En mi gabinete, allegada eres igual si vives de tus manos que los ricos.
ResponderEliminar