martes, 31 de octubre de 2023

con ana felipe






Ana Felipe Royo es una artista plástica formada en Zaragoza y Valencia, especializada en grabado, fotografía y cerámica. Decide, hace ya 19 años, comprar una casa en ruinas en Villanueva de Huerva, localidad entre Fuendetodos, donde naciera Goya, y Muel, de gran tradición cerámica, especialmente mudéjar, para ir construyendo su hogar y sus talleres de grabado y cerámica, dedicarse a la investigación cerámica, la docencia en la universidad y en el Taller Escuela de Cerámica de Muel y la realización de nuevas piezas para centros gastronómicos y bodegas. Actualmente investiga sobre las posibilidades cromáticas de vidriados con los colores clásicos y brillos dorados de la cerámica de Muel en cooperación con el Taller Escuela, decora miniaturas para coleccionistas, imparte cursos de verano, además de su labor docente en otros muchos centros pedagógicos , y sigue buscando nuevas vías para la decoración cerámica.

Ha trabajado con Mestre en Valencia y con Arcadio Blasco para Sargadelos (Lugo). También ha participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales tanto a nivel nacional como internacional (Francia, Alemania, Marruecos, Colombia, Estados Unidos, Japón).

Los dibujos corresponden a su guía por el Taller Escuela de Cerámica de Muel, donde nos enseñó las muestras físicas de su catálogo de vidriados y reflejos dorados, y al patio donde imparte, en su casa, los cursos de verano.

Sus trabajos de grabado y cerámica puedes encontrarlos AQUÍ.

lunes, 30 de octubre de 2023

comida en el patio de la fonda, muel


Estupendo menú, riquísimo potaje de garbanzos y merluza en salsa, en El patio de la Fonda, super agradable casa de comidas en Muel. Pequeño, luminoso, casero, entrañable. Rico vino tinto garnacha cariñena sin etiqueta de la bodega local Heredad Ansón. Servicio estupendo.

domingo, 29 de octubre de 2023

cena en el windsor, zaragoza

Cocina asiática-maña. Todo rico. De vino tinto, nos ofrecen Finca Resalso. Extraño aspecto de lujo decadente con exposición de kimonos. Agradable, quizás un poco frío. El servicio, perfecto. En el dibujo, Carmen y Teresa.

sábado, 28 de octubre de 2023

derecho a matar

Israel ha invocado de forma muy opaca el derecho a la autodefensa, pero el derecho a la autodefensa es el derecho a usar la fuerza y bajo el derecho internacional sólo está permitido cuando lo autoriza el Consejo de Seguridad o cuando es para repeler un ataque. El derecho a la legítima defensa se acaba cuando se ha repelido el ataque contra el territorio, aunque en este contexto concreto, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha establecido jurisprudencia en el sentido de que el ataque debe proceder de un Estado. En la opinión consultiva párrafo 139 [sobre la construcción del muro en Cisjordania] se sostiene que, aunque hay amenazas contra Israel que emanan desde el territorio palestino ocupado, dado que Israel es la potencia ocupante, no puede invocar el derecho a la legítima defensa. Se trata de la Corte Internacional de Justicia, el máximo órgano judicial de las Naciones Unidas.
Tras el ataque del 7 de octubre, Israel ha lanzado una ofensiva contra Gaza. Israel estaba autorizado a usar la fuerza de forma proporcionada y respetando el principio de distinción y precaución. Nada de esto se ha respetado.
Está luchando contra las personas a las que debería proteger según el derecho internacional. Esto es lo que está haciendo: tratar a toda una población como el enemigo. No puede luchar contra el pueblo al que ocupa. 


Lo que la gente nunca dice en el derecho internacional es que el pueblo palestino tiene derecho a resistir una ocupación ilegal. Nunca escucharás eso en los principales medios de comunicación. ¿En qué mundo vivimos cuando tenemos que intentar proteger el trabajo del secretario general de las Naciones Unidas ahora que EEUU y sus aliados, tan influyentes, están decididos a destituirlo de su cargo? Eso demuestra su total falta de respeto por el orden internacional. 

camino del genocidio

He estado en guerras urbanas en El Salvador, Irak, Gaza, Bosnia y Kosovo. Una vez que luchas calle por calle, bloque por bloque de apartamentos, sólo hay una regla: matar todo lo que se mueva. Las conversaciones sobre zonas seguras, las garantías de proteger a los civiles, las promesas de ataques aéreos “quirúrgicos” y “dirigidos”, el establecimiento de rutas de evacuación “seguras”, la fatua explicación de que los civiles muertos quedaron “atrapados en el fuego cruzado”, la afirmación que las casas y edificios de apartamentos destruidos por los bombardeos eran morada de terroristas o que los cohetes errantes de Hamás fueron responsables de la destrucción de escuelas y clínicas médicas, es parte de la cobertura retórica para llevar a cabo matanzas indiscriminadas.

viernes, 27 de octubre de 2023

tres sueños de octubre

Extraño museo.
He quedado con Alfonso para ver una exposición. Estamos en una isla balear y tomamos el sol tranquilamente charlando y mirando a la chavalería sentados en unas grandes piedras que hay en la acera. Cuando nos damos cuenta son casi las cinco de la tarde y hemos quedado para ir a un museo subterráneo que cierra a las seis. La visita no tiene un recorrido fácil. Hay que colgarse de las paredes de piedra y dar algún gran salto para pasar de un lado a otro. Seguimos a una guía que nos enseña los trucos para poder hacer el recorrido. En un momento dado se va la luz y no sólo es imposible ver la exposición, sino que también corremos peligro dada la dificultad del trayecto y lo débiles que son las luces de emergencia. La guía trata de restarle importancia con una simpatía que hasta ahora no gastaba. Nos dice que en realidad es una expo de sensaciones y ésta es una difícil de olvidar. Alfonso pregunta de coña que si a esto se referían cuando publicitaban una exposición sensacional. Le preguntamos si nos devolverán el dinero o nos darán entradas para otro día. Lo mejor es que nos devolvieran el dinero, esto es francamente decepcionante. Pero es posible que sea una más de su catálogo de sensaciones.

La encina.
Es difícil hacer una foto de un grupo tan numeroso en este restaurante tan estrecho. Trato de meter a todos en el encuadre de la pantalla. No paran de moverse, tirar cosas como niños y pasar por delante. Finalmente la foto es un caos. Tengo que gritar para poner orden. Aunque son ya mayorcitos, esto parece un colegio. Van sentándose espectadores en unas sillas de hierro que trajeron de sus casas, como si de una procesión se tratara, y ya no tengo un sitio donde ponerme lo suficientemente lejos como para que quepan todos. Nos han invadido. Propongo salir a la calle, a la Vereda. Va quedando menos gente del grupo y se va haciendo de noche. Se agolpan en una fachada pero la farola está averiada y da una luz intermitente. Está mejor iluminado un huerto anexo con una tierra muy roja y unos cuantos árboles. Pero hay que saltar la valla, que, afortunadamente, no es demasiado alta. Aparece la policía municipal y se asoma por encima de la valla. Ya han sacado la libreta de las multas del bolsillo y apretan el botón para que salga la punta del bolígrafo como siguiendo un rito. Yo miro la pantalla del móvil y, con la mano que me queda libre, trato de congelar la escena, les pido un instante de calma. Estoy a punto de conseguirlo. El grupo se ha puesto debajo de un hermoso árbol, una encina gigante, espectacular, que parece abrazarlos a todos.

La inscripción
Me apunto a un curso para parados en el Ayuntamiento de Bolaños. La oficina es realmente cochambrosa. Huele a naftalina. Las mesas son metálicas, pintadas de gris, y con la encimera de formica con el canto dorado a punto de levantarse. Un funcionario, indiferente a nuestro negociado, marea los papeles con los dedos manchados de tabaco y con un cigarro en la boca. Hay una especie de pequeño perchero para sellos de caucho desgastados. Alguien le echa el aliento a alguno de ellos para imprimir su contenido. Me dicen que no pueden pagarme el curso por completo porque no hay presupuesto. Trato de negociar la parte que me queda. Barajo posibilidades. Después de un rato de gitaneo llegamos a un acuerdo pichulero. Pero ahora hay que hacer los papeles. La fotocopiadora no siempre funciona. Al botón hay que meterle un palillo de dientes para que se quede pulsado y la puerta del papel hay que mantenerla metida en ángulo. Apretamos entre la señora y yo. Ella agita la máquina para apurar el toner mientras reza una oración y yo hago un movimiento con los dedos como echando los polvos de la hermana Celestina. No sé qué saldrá de todo esto.

jueves, 26 de octubre de 2023

mark gordon




Mark nació en Ohio, estudió Educación Física y Filosofía en Oberlin y recibió un master en Escultura en su Universidad. Vivió en Carolina del Norte, trabajando como profesor universitario.Trabaja en la cerámica desde hace más de cuarentra años, tanto en cerámica al torno como escultura e instalaciones escultóricas de técnica mixta. Su obra se exhibe en universidades, centros de arte y museos.

Su carrera y producción se ha desarrollado, en su mayor parte, en Carolina del Norte, pero sus influencias traspasan fronteras. Ha viajado por 25 países para conocer y documentar las tradiciones cerámicas de todo el Mediterráneo, América del Sur y el Caribe. Sus obras parten de conocimientos ancestrales, atraviesan la alfarería tradicional basada en el torno, y llegan a técnicas mixtas más contemporáneas basadas en la mezcla de materiales y objetos. Ha impartido charlas y cursillos en Egipto, Grecia, Japón, Siria, Venezuela, Paraguay, República Dominicana, y España. Dió clases en Argentina gracias a la beca Fulbright y ha dado conferencias en Caracas, El Cairo, Damasco, Madrid, Jerusalén, Buenos Aires, Valencia y Santo Domingo. El trabajo de Gordon ha aparecido en American Ceramics; Ceramics Monthly; The New York Times; American Craft; Clay Times: The Journal of Ceramic Trends and Technique; Revista Internacional Ceramica (Spain); and Ceramics: Art and Perception.

Después de ejercer durante 21 años como profesor universitario en el Barton College en North Carolina, se jubiló y trasladó a Calatayud para seguir disfrutando de su oficio y de sus inquietudes culturales, donde lleva ya tres años, entre sus muebles de Carolina, toda su colección de herramientas y sus engobes y esmaltes, que trajo en un contenedor.

Seguramente el barro es la materia expresiva más antigua y el soporte creativo más universal. A través de los tiempos, las vasijas de los alfareros han formado parte del acervo cultural en todos los rincones de la Tierra. Mi alfarería torneada muestra ecos de formas griegas y chinas. Cerámica es invención, atención para visualizar y definir formas, hallar definición de la materia amórfica. A veces, esta búsqueda se resuelve en descubrimiento... y hasta provoca una grata sorpresa.

miércoles, 25 de octubre de 2023

perspectiva barroca



La perspectiva cónica más importante está en las Meninas, pero a Velázquez no le importa eso, lo que le importa es el manejo de la luz. Él sabe que la atmósfera funde la imagen a medida que una figura se aleja. Los perfiles, el contorno de una figura se deshace, se disuelve con la luz y se borra y hay un efecto óptico de profundidad... La perspectiva es el aire. 
—Carlos Muñoz de Pablos en La vidriera liberada, de Juan Manuel Moreno Yuste. Ediciones Huso y Cumbres. Barcelona 2022

martes, 24 de octubre de 2023

lunes, 23 de octubre de 2023

domingo, 22 de octubre de 2023

cerámica haniwa

Cabeza de guerrero, siglo VI, Japón
Período Kofun (mediados del siglo III-VI d.C.)
Loza de barro. 25,5 x 15,5 x 12,2 cm 
Instituto de Arte de Chicago

Esta cabeza de un guerrero de una estatuilla funeraria de barro (haniwa) es del último período Kofun (literalmente “antiguo túmulo”) (mediados del siglo III/VI d.C.), que se caracteriza por ser una sociedad jerárquica compleja con rituales funerarios avanzados. Todavía existen hoy en día varios túmulos para jefes y emperadores, particularmente alrededor del área de Nara , y es en esos lugares donde se han excavado las estatuillas haniwa. A partir del siglo V d.C., los haniwa se hicieron multitud de formas representativas, incluidas figuras masculinas y femeninas, animales y casas. No ha sido reparada ni restaurada.
La expresión tranquila y los rasgos faciales simétricos de esta escultura la convierten en una de las cabezas haniwa más dignas que existen. Alguna vez estuvo en la colección del famoso alfarero Hamada Shoji.



Caballo, siglo V-VI, Japón
Loza de barro. 79 × 84,5 × 28,5 cm.
Instituto de Arte de Chicago

Este haniwa es una representación de un caballo completamente decorado, con silla, estribos y adornos de cascabeles en la parte delantera y trasera. La correa en la parte delantera tiene un patrón de chevrón inciso, y se puede ver claramente el anillo de metal (suwari kanagu) utilizado para juntar las correas de cuero en la parte trasera. Excavado en la prefectura de Ibaragi, al noreste de Tokio, probablemente habría estado en un túmulo funerario, en un área llena de una variedad de estatuillas, así como formas de animales, tal vez destinadas a representar las posesiones que el difunto esperaba llevarse consigo después de la muerte. Las razas de caballos del continente asiático demostraron ser eficaces militarmente y rápidamente se convirtieron en símbolos de riqueza y poder. Los caballos también han sido considerados durante mucho tiempo seres divinos con habilidades espirituales especiales.




Cabeza y torso de danzante, siglo V-VII, Japón
Loza de barro. 48,3 × 35 × 15,8 cm 
Instituto de Arte de Chicago

Los haniwa (literalmente “anillos de arcilla”) se hicieron como esculturas funerarias para la nobleza japonesa. A diferencia de las figuras de las tumbas chinas, que eran enterradas con el difunto en cámaras subterráneas, los haniwa se colocaban en la superficie de túmulos de tierra. Filas de haniwa, parcialmente sumergidas en el suelo para mayor estabilidad, delineaban los contornos sagrados de un lugar de entierro o se colocaban en su frente. Esta cabeza y torso de una figura masculina parecen estar bailando, tal vez un evento común en las ceremonias funerarias.





Caballo Haniwa, siglo VI dC., Japón
Loza de barro

Este haniwa es una representación de un caballo completamente decorado, con silla, estribos y adornos. Figura funeraria que representa alguna de las posesiones que el difunto esperaba llevarse consigo después de la muerte. Las razas de caballos del continente asiático demostraron ser eficaces militarmente y rápidamente se convirtieron en símbolos de riqueza y poder. Los caballos también han sido considerados durante mucho tiempo seres divinos con habilidades espirituales especiales.

Danzante haniwa, siglo II-III. Japón
Período Yayoi, terracota
Museo Nacional de Tokio

Los haniwa (literalmente “anillos de arcilla”) se hicieron como esculturas funerarias para la nobleza japonesa. Este tipo de figuras se han llamado mujeres dogu. Haniwa significa "círculo de arcilla" en japonés. Los haniwa son cilindros de terracota (cocción baja temperatura) sin vidriar o esculturas huecas que estaban dispuestas sobre y alrededor de las tumbas en montículos ( kofun ) de la élite japonesa del período Yayoi. Las tumbas kofun con forma de cerradura salpican el paisaje japonés hoy en día y también son bastante interesantes. El origen del haniwa comenzó durante la última parte del período Yayoi alrededor del Reino de Kibi. Una gran y famosa tumba kofun se encuentra en la ciudad de Sakai.






Perro Haniwa, período Kofun, Japón
Mediados del siglo III-VI d.C. Terracota
Miho Museum

Escultura funeraria de terracota representando a un perro con un collar del que cuelgan cascabeles.
Los haniwa son esculturas huecas usadas en las tumbas kofun y que representan las posesiones del difunto que desearía llevar al otro mundo después de su muerte (los animales que acompañaron su vida como perros y caballos) o figuras danzantes.








Perro Haniwa, Período Kofun, Japón
Siglo VI. Terracota
Museo Nacional de Tokyo

Figura funeraria de terracota representando a un perro procedente de una tumba kofun, posiblemente una mascota del finado.

Caballo haniwa, siglo VI, Japón
Periodo Kofun, Terracota

Los Haniwa sos figuras de terracota construidos para las ceremonias funerarias de la aristocracia militar. Los más importantes fueron encontrados en Honshū, especialmente en la región Kinai, y la parte norte de Kyūshū. Debido a que los haniwa muestran la vestimenta, arquitectura y herramientas de ese periodo, estas esculturas constituyen un archivo histórico de gran importancia.
Las grandes sepulturas de los emperadores Ōjin (346-395) y Nintoku (395-427), donde aparecieron diversas joyas, armas, sarcófagos de piedra o terracota, cerámica, unas figuras antropomórficas de terracota. A finales de este período también aparecieron figurillas de animales, especialmente ciervos, perros, caballos, jabalís, gatos, pollos, ovejas y peces.




Haniwa de un cacique, siglo VI, Japón
Terracota
Prefectura de Ibarati

Las grandes sepulturas de los emperadores Ōjin (346-395) y Nintoku (395-427), donde aparecieron unas figuras antropomórficas de terracota llamadas haniwa, formadas por un pedestal cilíndrico y un medio busto. Estas estatuillas eran de unos 60 centímetros, sin apenas expresión, tan sólo unas hendiduras en los ojos y la boca, aunque constituyen una muestra de gran relevancia del arte de esta época. Según su vestimenta y utensilios se distinguen diversos oficios en estas figuras, como granjeros, soldados, sacerdotisas, cortesanas, músicos y bailarines.

viernes, 20 de octubre de 2023

jueves, 19 de octubre de 2023

otra oportunidad a la taberna juan raro


Una caña, del tamaño de lo que antes llamaban corto, y unas patatas fritas por dos euros. Las mesas son para cenar, me dicen.

miércoles, 18 de octubre de 2023

algunos animales en los socarrats de paterna




    
Socarrat es un término valenciano para designar grandes placas de barro rico en caolinita, realizada en un molde de madera de medidas estándar (41 x 33 cm y 3 cm de grosor) y posteriormente cocida. Este término valenciano significa chamuscado, en alusión a que estas piezas recibían una única cocción, que alcanzaba los 900 grados. Por lo general, antes de la cocción y aún en crudo, se aplicaba en una sola cara, la que después recibía la decoración, una base blanca, en ocasiones, de cal (carbonato cálcico), que se transformaba en óxido cálcico durante dicha cocción. Se aplicaba la decoración sobre la base blanca y se dejaba sin vidriar. Se colocaban en los siglos XV y XVI entre las vigas de los techos. En general, se instalaban en edificios de carácter religioso, público o en los palacios de los personajes relevantes de la comunidad. Se fabricaron en Paterna, y quizás también en Manises y otras localidades como Benaguasil o Segorbe. Los motivos decorativos se realizaban con óxidos, en negro y rojo (de manganeso y de hierro).
Socarrat —35,3 × 43,5 × 2,5 cm—, datado entre 1490 y 
1550. Se considera pieza original de Paterna.

    La iconografía de los socarrats es muy variada. Encontramos motivos geométricos, vegetales, zoomorfos (tanto de animales reales: toros, becerros, aves, peces, etc., como de otros fantásticos como el grifo), antropomorfos (damas, ángeles, escenas galantes…), epigráficos, profilácticos y heráldicos. Las inscripciones son generalmente de carácter religioso, pero las hay también conmemorativas de la construcción de algún edificio. En cuanto a la presencia de signos religiosos o mágicos (mano de Fátima, cruces), estos aluden también a la protección de la casa y a ritos de construcción.

    El primer documento que testimonia la producción de cerámica en Paterna data de 1285. Este era, sin duda, un lugar idóneo para el desarrollo de la alfarería gracias a que en sus alrededores abundaba la arcilla, el agua y la leña para encender el horno. Ya en época temprana, trabajaba en la industria alfarera aproximadamente un cuarto de su población, del cual casi la mitad eran musulmanes. A nivel técnico y de repertorio iconográfico, se unen en estas obras de alfarería el conocimiento islámico y cristiano, y esta mezcla es la que define su carácter mudéjar.

Socarrats de Paterna de Ramón Gimeno Gil. Editorial Didácticos Sapiens 2016