sábado, 30 de junio de 2012

conjeturas sobre el flis




Preguntada una muestra representativa de la población de Bolaños sobre el origen de la palabra flis para designar genéricamente al líquido insecticida mata moscas y mosquitos, nadie da una respuesta rotunda y creíble. Tres corrientes de opinión parecen estar en lo cierto: una, que es una palabra onomatopéyica como el chiflito (aspersor usado para el riego), pues ese era el sonido emitido por el pulverizador manual de latón con el que se hacía uso de él; dos, una ignorante derivación de la palabra fly leída en algún envase y malamente pluralizada y pulverizada; y tres, una posible marca popular que simplificara la fórmula larga y pedante de líquido insecticida.

Descartamos la primera, pues no es el líquido, sino la máquina la que produce ese sonido y este tiene su propio nombre: cacharrico del flis.

El descubrimiento de la ilustración de la izquierda, una marca de insecticida de fabricación americana, con seguridad en los años veinte, y de venta en España en el, al menos, 1926 (en que ya hay algún anuncio), nos hace dudar de su origen en una palabra inglesa. Descartamos la conjetura dos.

Consultadas fuentes foráneas, descubrimos que muchas poblaciones usaron o usan la palabra flit, en vez de flis, para denominar el cacharrico. Esto nos hace decantarnos por la última conjetura. A pesar de lo claramente y explícita que es esa terminación en t, que, seguramente el médico, los maestros, el boticario y, posiblemente, el alcalde y algún pedantón, usasen correctamente, el pueblo, más dado al boca a boca que la lectura, escogió otra terminación más adecuada fonéticamente a su uso real. Justicia pues para el pueblo.

viernes, 29 de junio de 2012

kit del peregrino cuadernista

El peregrino cuadernista lleva un pequeño plus de equipaje, una pequeña bolsa a la que acceder rápidamente. 
Dentro hay: unas tijeras escolares, un trapo secante, unas gafas, el cuaderno (con los mapas de las etapas ya perfilados), una caja de acuarelas con algún recambio, un pincel, rotuladores pilot 0,5 y 0,7 (para escribir y dibujar, el segundo aguanta el coloreado en acuarela), un pincel de tinta china con recambios, el lápiz lisérgico (para la hora bruja), un tubo de gouache blanco, una brújula, pegamento en barra y un bote de agua (el de un carrete fotográfico vale).

Mis cuadernos del Camino se abren de atrás a delante, siguiendo la ruta del Oeste al Este.

chapas de cervezas de copacabana

De mi fugaz paso por Copacabana, Bolivia, este mismo año, me traje estas chapas de cerveza. En realidad responden a más marcas que chapas, pues la de la Compañía Boliviana Nacional (CBN) está en todas las marcas locales.
Huari: cerveza rubia, de la CBN. El Inca: bicervecina, cerveza negra de malta con poco alcohol. Paceña Black: cerveza negra de la CBN. Cordillera: producida en las plantas de Backus en Perú. Potosina: pilsener, original de la ciudad de Potosí. Sureña: cerveza rubia de la Cervecería del Sur. Auténtica: cerveza rubia de malta, de la Compañía Cervecera Boliviana. Abajo del todo: cerveza de Guayaquil, de la Compañía de Cervezas Nacionales de Ecuador.

jueves, 28 de junio de 2012

bares de guanajuato




Encontré una ciudad bulliciosa llena de estudiantes, donde convivían conciertos y performances en la calle con las representaciones más crueles de ritos católicos, el Festival de Cine, de cortos, y las urnas de cristal de mochilas cargadas de santos para San Miguel. Se habla a un alto nivel intelectual entre libros en el libros-bar Las Leyendas de Don Juan, en la Plazuela de San Fernando, con la lengua desatada por cervezas Victoria muy bien ofertadas, camino de la brasa. Se puede cenar, beber, oír música, charlar y tomar el fresco junto a la Basílica en el Truco 7. Buen rollo en general bajo la atenta mirada de El Pípila, minero noble y valiente, con cara de guajalote, que se asoma con su antorcha por encima de los patios. Pero sobre todo en el Jardín de la Unión, donde los músicos tocan boleros y la gente baila alrededor del quiosco con la luz tenue y temblona de las velitas románticas de la terraza del Hotel Luz,  y la atenta mirada de los estudiantes de la escalinata. Para no quedar sordos atronados de trompeta mariachi, mejor un expreso en la tertulia cultural del café de la plaza.


miércoles, 27 de junio de 2012

pepillo en el cuaderno de piedra

Llegamos tarde y cansados a la cueva. Me tocó cargar con la cabra, que aún llevaba las flechas clavadas. Dolorido y lleno de chafes, lo de siempre. Brum y Loc se habían puesto corteza de castaño para evitarlo. Estoy deseando que llegue el tiempo para bajar allí donde la luz sale y se pone desde el agua salada. Aquello es menos duro. Allí nos curamos.
Las mujeres habían despellejado los conejos, los niños ya habían comido y dormían entre las pieles, junto a la fogata. Luana venía con leña. Enseguida la reavivamos hasta que el fuego tocó el techo y lo manchaba de negro. Puso la carne bien cerca, para acabar antes.
Me senté en mi piedra mientras ella miraba mis heridas y cogía el emplaste de su boca. Aquella masa verde me hacía sentirme bien, al igual que la infunsión de tila y la lumbre. Revisé las flechas y fui desliando las puntas rotas. Luana metía los tendones en el charco. Las castañas nos avisaron de que era el tiempo.
Comimos hasta hartarnos y luego volví a mi piedra. Fui poniendo las piedras talladas al final de las varas y luego las até con los tendones mojados, tensándolos con las fuerzas que me quedaban. Los demás dormían o follaban, mientras veía cómo la pared parecía moverse con el temblor de la luz. Luana hacía un collar para Mirt con los huesos de un conejo. Podrían pasar lunas mirando, pero me dormí.


Me desperté con sucesos dentro. Alguien que caminaba con fuego me iluminaba ambos lados de la cara. Algo raro y sublime me entró, como si me hinchara y el vello se erizara. Me quité las legañas. Luana y yo nos lamimos y, luego, lo hicimos con Mirt. 
Los tendones estaban secos. Pulí las puntas en mi piedra, poco a poco, la punta hacía polvo y mi piedra también, se hacía cada vez más pequeña. Hacía marcas para divertirme, porque todo no fuese siempre igual. Nos comimos las sobras. Salimos con la luz. Oí los pájaros entre el machacar de las piedras.


Revisé las puntas la luz puesta. Las dentadas rotas ya eran demasiado pequeñas para pulir. Me acerqué a la pequeña oquedad que por la noche me entretuvo. Con la punta estropeada hice una línea como la cabeza de Mirt cuando se ponía contra el fuego, de forma que aquello fuera el agujero de la nariz.  Después marqué fuertemente el ojo para que vibrara. Lo desperté, corredor incansable, mi muerte salva, mi favorito de Luana, para que viese cómo movía la cara, cómo movía los ojos a un lado y otro con el fuego. Después de unos saltos y otros tantos grug, fue a tocarlo, pero su cercanía rompía el hechizo, como, al despertar, aquel suceso de dentro se desvanece.



Ejemplos de caras prehistóricas y el auténtico Pepillo, el primero.


Este primer retrato que se conoce, acaban de leerlo Sergio Ripoll y Francisco Javier Muñoz, de la UNED en una pared de la cueva de Ambrosio, en Almería, enlazado con el perfil de una cabra de mayores dimensiones y compartiendo orificios (un agujero del hocico de la cabra es un ojo del personaje, a la izquierda en la foto, sobrepintados en negro y rojo; estos grandes animales descubiertos antes y grabados después que el personaje). Y le han llamado Pepillo, o Pepeillo como se dice en Almería. Y tiene unos 23.000 años.

martes, 26 de junio de 2012

tarde de toros






Sólo era una novillada con picadores, con mucho calor y el cartel cambiado, sin atractivo, pero las entradas eran de callejón de la Monumental de las Ventas y con opción de visita a los corrales. Cogí el pincel, el cuaderno y el lápiz lisérgico bien afilado para matar y me fui con la cuadrilla a Madrid, con el botijo bien fresquito.
Aquí los toros, novillos de casi 500 kilos, son más grandes y los nervios se ven en los gestos afilados de maestros y subalternos. También está el cotilleo y las bromas de los monosabios (no tengo pase, dice el colega cuando pasa el revisor), la tramoya de la fiesta. Y el desnivel lenticular del suelo, para el drenaje.
Mala tarde. Adrián muy mal. Gonzalo al menos lo intenta. Alguna banderilla. Salimos por el callejón de las mulillas, pisando el suelo de corcho. Un poquito de charla y pal pueblo. Habrá días mejores, menos calurosos y con más arte.

camino del norte: último día en bilbao


 Me pierdo para sentirme mejor solo. Disfruto paseando por el Parque Casilda y, finalmente, me bebo un café de despedida en un terraza.
De vuelta en el tren, leo sosegadamente el periódico. Dueñas, un cartel de Bilore, Valladolid. Llegamos a Chamartín. Con el mismo billete cogemos el cercanías a Atocha. En La Rosa vuelvo al montado de boquerones con tomate, mi favorito.

camino del norte: descanso en bilbao

No todos vivimos en el mismo mundo. Todos tenemos una visión diferente de lo mismo. Sólo hay que reconocerlo, asumirlo.
Me levanto como si siguiera el camino y paseo por Bilbao. Una ciudad fea que trata de maquillar su pasado como parque temático. No tan sucia y deprimente como la que recorría hace 35 años y donde, por primera vez, vi Nazarín y Viridiana de Buñuel. No veo bares y cafeterías clásicos. A las ocho y media, todo cerrado. El punto se lo dan esas montañas verdes que lo rodean. Me tomo un café mientras leo un periódico en una cafetería de señoritos. Carlos me llama y quedamos frente al Museo de Bellas Artes, donde están instalando una terraza bajo una arboleda.
Dentro del museo, disfruto con la cara de una de las hermanas de La Dote de Damian Forment, unas manos rotas de la Virgen cogiendo las de su hijo en la Sagrada Familia de Joaquín Mir, José Luis Zumeta, todos esos bichos en la mente de San Antonio, que se retira con una escobilla, ese gorro catalán del siglo XIII con forma de luna, ese San José mosqueado en La Natividad de Giotto, el Moratín de Goya, el Festín burlesco de Jan Mandijn, esa comunión que parece de Goya y El Patio de Rusiñol.
Invito a los chicos en un restaurante caro que me recomienda Alfonso y que está muy bien. A Amancio le parece el blanco normalito, como el suyo (pienso en su mundo).
Carlos vuelve a encender la tele para dormirse. En mi mundo, la gente no se duerme con la tele puesta. Me despiertan Maru y Ángel con Cuba todavía en el coco. ¡Oh, ese caluroso mundo!

domingo, 24 de junio de 2012

las últimas raquetistas del frontón madrid


Fue en 1897 cuando se organizó el primer partido profesional de pelotaris catalanas en el Frontón Condal de Barcelona,  y el uno de enero de 1917 cuando se jugó el primer partido profesional de mujeres con raquetas y pelotas de tenis, en el frontón de Cedaceros de Madrid, con boinas, lazos y corbatas de colores. El pelotari Ildefonso Anabitarte Anza sustituyó las pelotas de tenis por las más duras de cuero, el terreno de juego se alargó. Este impulsor de la pelota femenina puso en marcha el Frontón Moderno de Madrid en 1919 y el de Mariano en Cuba en 1921, donde jugaron mujeres raquetistas con gran éxito. Más tarde aparecieron frontones de raquetistas en México, Miami, Shanghai, Madrid, Barcelona, Sevilla, San Sebastián, Vigo, Sabadell, Valencia, Zaragoza, Salamanca, Valladolid, entre otros muchos. Ildefonso, con la fortuna que había hecho en América, compró el Frontón Moderno de Doctor Cortezo, que tiró para construir el Teatro Fígaro, pues su mujer era cantante de Zarzuela. Justo enfrente construyó el Frontón Madrid, el más elegante de España, la catedral de la raqueta. El cinco de junio de 1929 se inauguró con el debut de Carmencita La Bolche.

El estado actual de la fachada del Frontón Madrid
es aún más  lamentable
Con la victoria de los fascistas tras la Guerra, se mandó cerrar los frontones donde se exhibían impropiamente las mujeres. Tras las consiguientes protestas, todo quedó en la prohibición de nuevas licencias y cambios más apropiados en la vestimenta de las jugadoras (faldas y mangas largas).
En la década de los sesenta sólo quedaban frontones de raquetistas en Madrid y Barcelona. En 1978 varias de ellas demandaron al Frontón Madrid por querer retirarlas sin pensión, litigio que ganaron.

Pero las mujeres raquetistas desaparecieron, el último partido se jugó en 1980. Después, hubo en este frontón veladas de boxeo, algún concierto de Barón Rojo y parte del rodaje de El Crack de José Luis Garci. Se cerró definitivamente en el 81. Algunas fuentes señalan que celebró su último festival el 12 de febrero de 1987 con partidos de pala –corta organizado por la empresa norteamericana “Mc Donnell Douglas”. Después lo compró la inmobiliaria Gavir que dijo, años más tarde, habérselo encontrado con los interiores destrozados.


El Frontón Madrid y el Teatro Fígaro desde mi terraza.
Cuando yo me fui a vivir a la casa de al lado, en  1996, habían construido un parking ilegal con el beneplácito del Ayuntamiento y, de vez en cuando, mandaban cuadrillas de inmigrantes a reventar cristaleras y cortar hierros. Durante diez años me levanté con las campanas de la Iglesia de Santa Cruz y las vistas de la sierra por encima de su maravilloso techo de cristal. En 2002 se logró el cambio de uso con la excusa de las próximas olimpiadas y la falta de hoteles. Sólo se protegió la fachada, ya muy machacada por la propia inmobiliaria. No hubo ninguna polémica. En septiembre de 2012, se piensa terminar el nuevo edificio, que se alquilará a un hotel. 

De aquellas raquetistas, que se siguen reuniendo anualmente y que prefieren no pasar por la calle Doctor Cortezo, sólo quedaron un montón de contenedores llenos de basura. Entre la que encontré algunas placas de los marcadores, con los nombres de las últimas mujeres que allí jugaron.

Las raquetistas

sábado, 23 de junio de 2012

juego de palabras

Inventaron la clase media y la clase política para acabar con la esclarecedora explicación de la marcha del mundo que hiciera Marx, de igual forma que pusieron en boca de Darwin que el hombre venía del mono para desvirtuar una prodigiosa teoría que ni siquiera habían leído. Inventaron el estado de derecho para acabar con Bakunin y perpetuar un modelo de opresión. Inventaron un progreso de ladrillos, coches humeantes y centrales nucleares que acabó con nuestros tranquilos pueblos y ciudades llenos de memoria y árboles legendarios. Inventaron un mundo global para comprar y vender, diciendo que era para comunicarnos. Inventaron la extrema izquierda y la extrema derecha para honrar a los hermanos de la segunda y acabar con los últimos combatientes de la primera. Inventaron la transición pacífica para disfrazar tanto fascista, ocultar muchos muertos y acabar con el movimiento obrero. Inventaron el populismo para legitimar el golpe de estado. Inventaron reconvertir para anular, competitividad para bajar vergonzosamente los sueldos y alargar el suplicio, y libre competencia para ganar beneficios a costa de lo que sea. Inventaron el terrorismo para legitimar el terrorismo, para hacer comercio con las guerras. Inventaron el islamismo radical para justificar desigualdades, crear prejucios y odio, y de paso ganar dinero. Crearon la crisis energética y la crisis financiera para acabar con su palabra democracia, esconder su avaricia y salvar su sistema esclavista. Y luego, los recortes y las reformas para disimular lo que de radical tiene acabar con todo el patrimonio y los derechos que el pueblo había conseguido luchando.
Finalmente inventaron el periodismo profesional y objetivo, para que todas esas palabras inventadas se vistiesen de reluciente y objetiva verdad, y olvidásemos el traje raído y apolillado de la ideología. 


Escribo esto mientras leo la noticia de la destitución del presidente Lugo y la Marcha Negra de mineros camina hacia Madrid.

camino del norte: guernika-bilbo


Me despierta el camión de la basura y me pongo a leer en una revista turística que el camino de la costa, el del norte, es mucho más exigente que el del interior. Hoy juntamos dos etapas y va a ser mucho más duro, el tramo más largo, la prueba final. Veo dibujos, pinturas y fotos de la Guernika anterior al bombardeo. La Iglesia de San Juan con un tejado muy inclinado de pizarra, a lo francés, y su plaza con balconadas de cristal. Destruido su pasado, sólo pueden vivir entre lo nuevo, entre lo feo.

Hoy le temo. Subo el alto de Morga (6,5 kms.) chupando rueda a unos chavales que van deprisa. Divide los valles de Guernika y de Mungia. Por aquí pasaba el señor de Vizcaya a jurar los fueros a la Casa de Juntas. Pasamos los caseríos diseminados y un bosque de altas coníferas y, bajando el alto de Aretxabalagane, encontramos a un veneciano que se ha hecho el camino francés y ahora sigue el del norte hasta Santiago. Está destrozado, con la mochila en el suelo, con una herida en el brazo por una zarza, y miedo en el cuerpo por un jodido perro que anda suelto. No llegaré hoy a Bilbao, nos dice. 

Persigo a las gallinas llegando a Goikolexea (15,8 kms.) y dibujo su crucero renacentista. Creo que voy muy adelantado a los demás, me siento en la sombra y dibujo la iglesia gótica de los Santos Emeterio y Celedonio, tan austera, que parece una fortaleza, sobre todo por la torre del XVII. Está rodeada de un gran atrio donde se discutían los asuntos municipales. Llega Carlos en éstas y, en el bar frente al crucero, una señora nos prepara unas anchoas con tomate que nos saben a gloria. 

Larrabetzu (17,2 kms.) fue fundada por Don Tello (señor de Vizcaya) en 1376. Está llena de edificios palaciegos con escudos nobiliarios. Bebemos algo descansando en Lezama (20,5 kms.). Dibujo la iglesia de Santa María, de fachada renacentista, y Amancio nos pilla. Me vuelvo a adelantar para dibujar la Torre de Malpica, en Zamundio (22,6kms.), uno de los pueblos más ricos de España, con más de 500 sociedades mercantiles para 3.000 habitantes. Después viene una jodida cuesta fortísima hasta la cumbre del Monte Avril (28 kms.) El suelo está mojado y te resbalas. Cuando crees llegar, hay otro tramo hasta las antenas, desde donde ya se ve Bilbao. Bajando un poco espero a mis compañeros en un área de descanso donde hay mesas con bancos y una fuente con agua. Carlos llega al cuarto de hora y Amancio a la hora. Pasamos por Ntra. Sra. de Begoña, patrona de Vizcaya y, por fin, el hotel en la ría. 

Paseamos por la ría hasta el Guggenheim, el casco viejo (con mucho movimiento), la estación, el Teatro Arriaga y el Mercado de la Ribera y un montón de edificios horrendos que no pegan con la modernización, con la nueva idea cosmopolita de Bilbao. Quedamos con Rocío y Gladis, pues se dejaron algo en el hotel de Guernika. Bilbao La Vieja con inmigrantes y yonquis, bares con terrazas y tabernas con muy buen rollo. Por allí tomamos los pintxos. Amancio y Carlos quieren algo más burgués para los cubatas, demasiado alternativo, dice Amancio. Encontramos una terraza con agrícolas ¡albricias!. Mientras siguen en Bolaños, me fumo un cigarro y saboreo un refresquito de limón con una buena ginebra. Creo habérmelo merecido.

viernes, 22 de junio de 2012

camino del norte: zenarruza-guernika

A las siete viene el páter con el desayuno. Hoy salimos más temprano y el camino es más corto (17 kilómetros hasta Guernika). Mientras se preparan, me siento en este inmenso balcón y dibujo las vistas. Nos hacemos fotos con las chicas y partimos.

Hoy es muy agradable, con mucho bosque: nogales, robles, castaños y pinos. También vemos una plantación de kiwis en emparrado. Gente simpática recoge patatas. El camino bordea las montañas bajo los árboles, junto a los arroyos. Hermosos caseríos. Pasado Munitibar (4 kms.), está la ermita de Santiago Apóstol, pequeña, simple y bonita, con el techo de madera apenas trabajada. Un puente de piedra del siglo XVI llegando a Mendata. Agua en el caserío Marmiz, muy cerca ya de Guernika. Perdemos las señales, pero llegamos al cruceiro de Rentería y al bar Norte, donde me bebo un litro de cerveza con un pincho de tortilla. Llegan al bar las chicas francesas con las que nos cruzamos a menudo. Ya hemos hecho los 17,3 kilómetros de hoy.

Guernika es un pueblo grande, con ambiente de capital y una miaja caspa de rancio abolengo. Vamos al centro, al Hotel Boliña, recomendado como restaurante en las guías turísticas. Nuestra pareja de enfermeras terminan aquí su viaje, así que dejan las cosas en la habitación para dar una vuelta. Las habitaciones tienen descuento a peregrinos y el restaurante un menú de 10 euros. Me como unas patatas a la riojana riquísimas con un rioja cencibel bueno.

Visitamos el famoso roble de la Casa de Juntas. Del más antiguo que se conserva, sólo queda un tronco seco de unos 300 años protegido por un templete neoclásico. paseamos por la calle peatonal: el bar Picasso, la Tiki tasca. Hay ediciones especiales del As y El Mundo Deportivo con portadas y primeros interiores del Bilbao Athletic. Nos cuentan que no se trabaja los lunes, excepto en las empresas, porque es día de mercado, la gente baja de los caseríos a vender y comprar.

Gladis es una argentina de Mendoza  de 41 años, que los chicharreros arrebataron su acento y lo hicieron más dulce. Se come las uñas mientras nos habla de su hija de 23 años. Dice que si no nos hubiéramos encontrado no hubiera hecho el camino. ¡Aguita! grita Rocío cuando ve algo interesante, sorprendente. Debe tener unos 34, más abierta al mundo, le gusta el campo y la montaña. Ella ha arrastrado a Gladis. Tiene una hermana que vive cerca de Bilbao a la que verá hoy. Nos despedimos. Les deseamos lo mejor. Las echaremos de menos en la etapa de mañana.

jueves, 21 de junio de 2012

camino del norte: deba-monasterio de zenarruza


Nos levantamos con los toros de Pamplona y un pobre chaval con el que se han ensañado. Ya doloridos y cansados, dormimos a gusto. Cada vez más crema y vick vaporub.

Robles y eucaliptos subiendo hasta la Ermita del Kalvario (4 kms.), desde donde se domina la Rada de Mutricu y cargamos de agua en la parte trasera del templo. Borriquitos peludos a la sombra del bosque. Valle de Olatz, último verde guipuzkoano. Ganado, caseríos... el sueño euskaldún.

Parada en la Ermita de San Isidro. Amancio viene con dos chicas de Tenerife, Gladis y Rocío. Nos tomamos unas cervezas fresquitas con ellas en la Zelateta Taberna, enfrente de la ermita. La simpática tabernera lucha por atendernos a nosotros y un montón de moteros que beben como piratas.

Atravieso el Collado de Arno (12 kms.) hablando con Rocío, que me cuenta que son enfermeras en el hospital en que estuve dos semanas ingresado, en Tenerife. Cargamos agua en los caseríos y descendemos hasta Markina Xemein (14 kms.), de aspecto medieval. En un impresionante restaurante de la plaza, bajo su porche volado modernista de madera, esperamos a Gladis, que viene con Amancio. El comedor parece de Balneario de principios del XX. Pintxos y gazpacho en la larga espera, casi una hora.

Cruzamos el puente de piedra de Uruzubieta (22,4 kms.) y llegamos a la Puebla de Bolívar (24,5 kms.solar natal de la familia de Simón Bolívar, que naciera en Caracas) y, cuando nos vamos a ir, llega Carlos. Con él,  seguimos un camino original de piedra que fuera descubierto en 1982, un viacrucis desde la iglesia de Bolívar hasta el Monasterio Cisterciense de Zenarruza, donde un monje nos espera y nos lleva al albergue, completamente desierto. No hay nadie, ninguna litera ocupada. Descansamos, nos duchamos, hacemos la colada y nos traen la cena que, según el pater, no es obligatorio comérsela. Crema con ajos y pudin. Llegan a tiempo los porras. Gladis trae los pies destrozados por las cholas.

El monasterio es chulo. Recorremos la iglesia, su pórtico y su claustro renacentista. La iglesia tiene una belleza austera. Llama la atención un arco interior con una fila de figuras de animales extraños. Dibujo un arrogante y presumido hombre y un extraño toro alado, que pudiera ser un ave con cuernos.
El padre Pedro está al quite. Nos promete un desayuno y nos cuenta los horarios de los servicios religiosos: la oración de las siete y media, hoy no porque es domingo, y las completas, que nos recomienda. Muy bonitas, al final se reza la salve en latín y a oscuras.

Todos los monjes cantan la Salve Regina Vita Dulce mientras nosotros observamos. Fray Pedro está orgulloso y nos mira sentado en la sillería Benedictus Frutus Ventris Tui. Es nuestro contacto con el mundo espiritual. Cuando salimos, se acerca a preguntarnos si nos ha gustado.

Bajamos el viacrucis hasta la taberna. Allí cae un plato de jamón y otro de queso con unos agrícolas y un gin kas refresquito, destruyendo la paz espiritual que habíamos encontrado. Aquí están el profe y señora que nos encontramos hace dos días. Son falsos peregrinos, han llegado en autobús.
Nos dormimos impresionados por el trato que estos monjes nos han dado, sin nada a cambio.

Hoy cumplen años: Ana, Encarni, Toña y Victoria.

miércoles, 20 de junio de 2012

el final de las chapas



Hace unos cinco años, coca cola presentó en Madrid Fusión su coca cola blak (hasta arriba de cafeína), con botella de alumino y tapón abre fácil sustituyendo a la chapa de botella. Entonces empecé a temer por el futuro de estos tapones, pero aquel proyecto no cuajó (se vendió en los USA y Francia, pero no aquí, y ahora es pieza fundamental en el museo sueco del fracaso) y he estado un tiempo  tranquilo.
Ahora grandes marcas lanzan sus botellas de cristal con estos nuevos objetos de aluminio que se destruyen al abrirlos, ¿acaso no es fácil abrir el tapón de siempre?
Creo que ha empezado el final de las chapas en los países de gran consumo, los países idiotizados del primer mundo. ¿Es posible que alguien coleccione estos desechos industriales?

camino del norte: zarautz-deba


Duermo de maravilla, de un tirón. Ni siquiera me enteré de cuando me arropé. Las vistas del balcón hacia las viñas de txacolí, son espectaculares. Bajamos por un camino al este de la playa, la duna, un puente y nuestro quiosco con unas tostadas. Preparamos una mesa a la sombra y desayunamos frente al ratón de Guetaria.
Salimos por un paseo paralelo a la carretera hasta Guetaria, patria de Juan Sebastián Elcano, contramaestre de Magallanes que completó la vuelta al mundo a la muerte de éste. A la entrada tiene un monumento. El puerto con calles medievales alrededor de la Iglesia de San salvador, de estilo gótico y campanario octogonal románico. Con tres niveles y llena de recovecos (donde encontramos la tumba de un caballero de la Orden de Calatrava) en el istmo que une al monte de San Antón, la cola del ratón.
Una cuesta difícil hasta la Iglesia de San Martín, con su atrio abierto, taberna y fuente de agua fresca. Descanso en un banco estratégico que han puesto bajo un árbol y mirando al mar. Atravesamos la ría del Urola. Pareja de canadienses a la entrada a Zumaia. Hablan perfecto castellano. Ella tiene cara de inuit. Puerto, barcos, alguna trainera. Casonas solariegas.
En la terraza de la Taberna Trapaia, junto a un huerto de fresnos, una chica simpática nos pone pinchos de pulpo y merluza rebozada. Nos sientan muy bien. Hoy notamos más el esfuerzo, el peso de la mochila, los pies.
Camino durísimo de subidas y bajadas. Descanso en una zona con baños, junto al caserío de Elorriaga (12,7 kms.). Un arroyo y, por fin, Itziar (18,40 kms.). Dibujo la iglesia-fortaleza de Santa María, cerrada, con unas gárgolas con forma de lobo. Comemos en Saleci, aguantando una camarera especialmente antipática.
Berdea, nogales, robles y algún cerezo. Nos perdemos llegando a Deba y damos una vuelta por la nacional 634, haciendo seis kilómetros más, veintiocho en total, entre un montón de coches mal aparcados por los bañistas. Vistas al flysch costero, explicación del seismo, tetas al sol y un bonito quiosco de música. Llegamos a la pensión a las cinco de la tarde.
Sorteo de camas, duchas, crema hidratante, colada. Paseo por el puerto y la playa. Mucha gente en el andén esperando un tren. Casco viejo. Policía municipal con boina. El edificio del Ayuntamiento, de piedra, lleno de escudos y balcones de hierro forjado.
Cenamos en el Restaurante Álvarez, en un balcón a la Plaza de Santa María. Los niños juegan dentro de la fuente. Una cabeza de cerdo de piedra en la fachada de una carnicería. La iglesia de Santa María, de tres naves separadas por columnas bien gruesas. Gótico vasco. Un santo peregrino con una herida en la pierna y un perro, debe ser San Roque y su perro sin rabo. Bonito pórtico con figuras de piedra policromadas. La vida de Jesús desde la Anunciación. Gárgolas con forma de cerdos, alguno alado (una pitanza que se perdió). Después caen unos agrícolas fresquitos.

martes, 19 de junio de 2012

flores de un día




Para el día de Santa Marina, que fue ayer, aparecieron dos espectaculares flores en dos cactus diferentes. Flores hermosas que sólo duran un día. Hoy, para San Romualdo, luna nueva, apareció otra flor en la primera maceta, junto a la flor de ayer, ya eclipsada. Las plantas vienen de dos hijos pequeños que cogí de la terraza de Jorge, en el Pozo de los Frailes.

Pongo los santos para colaborar con el magnífico Cactusantoral de Vicent Bueno. Las dos fotos de arriba son de ayer y la de abajo de hoy. 

camino del norte: donostia-zarautz

Duermo tan mal que agradezco la luz de la mañana. Me lavo en el pasillo para no hacer ruido y preparo mi mochila. Escribo en la cocina, sobre una mesa de madera maciza, que comparto con una chica que desayuna, rodeados de frigos, placas eléctricas y microondas.
A las siete y media abren el comedor. Desayuno generoso. En la tele corren los toros de Pamplona. Me siento en la ventana que da al jardín.
Salimos por una calle del barrio de Igueldo, donde el peregrino José María Soroa pone agua a los viajeros, y un sello. Luego bosques de castaños, robles y abedules. Bonitas sendas sin perder de vista el mar. La más chula tiene el empedrado original. Descansamos en unos bancos junto a un manantial. Un profesor camina con su señora, de un pueblo cercano a Almansa. Amancio se enrolla.
Ermita de San Martín. Llegada a Orio. Puerto bullicioso y la iglesia fortaleza de San Nicolás. Es famoso este pueblo por su regata de remo. En los siglos XIV y XV, era imprescindible la trainera para la captura de ballenas. En 1901 fue arponeada la última. Ahora sólo es un deporte.
Viñas de txacolí y el camping, donde comemos. Ducha y siesta del copón en las literas de una cámara abandonada para peregrinos.
Vamos a Zarautz en un autobús pasado de rosca que conduce un italiano de Treviso, también pasado de rosca. Esto es una locura, dice, los llevo a los sanfermines, a la tomatina y buscando la ola. Música punkli a tope y un montón de rubias culonas sobre los asientos forrados con bolsas de basura anti potas. Me pagan una mierda, sólo merece la pena si me divierto. Así que él también bebe. Conduciendo un bus lleno de pintadas y guiris, sin papeles y todos mamados. Alentador.
Zarautz es un pueblo chulo y tranquilo. De la Plaza de la Música vamos a la Plaza del Ayuntamiento, pasando por el Cine Modelo, que dibujo. Allí nos espera Carlos, que se ha comprado unas sábanas baratas para poder dormir esta noche. Buen ambiente en la Plaza de la Música. Muchos críos y padres en bicicleta.
Carlos cumple años, nos invita. Vamos a Santa María la Real (de estructura románica y donde  leemos: se prohíbe jugar a la pelota y cualquier otro juego en este pórtico y alrededor de este templo bajo la multa de cinco pesetas), y al Palacio renacentista de Narros, con su jardín inglés.
Paseo marítimo. Playa inmensa que acaba en una duna convertida en campo de golf. Escogemos un chiringuito alegre y repleto. Preguntamos para desayunar mañana. A partir de las nueve.
Vemos el restaurante de Arguiñano. Una horterada de castillo de reciente construcción. En la terraza, y fresquitos, nos tomamos unas cervezas con bacalao y croquetas. Invita Carlos.
Volvemos andando al camping. La cuesta se me hace pesada. Nuestra habitación está encima de un taller. Está llena de literas, una cocinilla de gas y una mesa con bancos. Todo desangelado. Ellos se hacen unos agrícolas, pero yo estoy muerto de sueño.


Orio a 15 kms. de Donostia y Zarautz a 21.

lunes, 18 de junio de 2012

camino del norte: bolaños-donostia




Invito a unos cafés con tallos de despedida, en el Chavalín. En casa de Carlos pesamos las mochilas. La mía: ocho kilos con una botella de agua congelada; la de Carlos: siete sin agua. Compro rotuladores y crema para los pies. Siento paz con el sonido de los chiflitos y el coro de palomas en el porche.
Mamen nos lleva al tren, a Ciudad Real. A las once y media sale el Ave. Me meto la navaja en el bolsillo para poderla pasar. Comemos en la estación de Chamartín, sobre las vías. Ellos van de ensaladas, yo me apreto un cocido completito. Dibujo a Amancio mientras habla con su hijo.
Los gastos funcionan con fondo común. Hay un cartel en el retrete que dice: chico de treinta se la chupa a chicos de hasta treinta y cinco. A Carlos le hacen una encuesta.
Nos ponen un documental y luego todo el mundo se queda frito. Las chicas morenas y guapas abren la boca de forma obscena. Álamos negros en la meseta, en medio de barbechos de cereal amarillo. Luego, pinos y pinos jóvenes.
El café es horroroso pasado Valladolid. Bonita estación en Miranda de Ebro. Hormigón y edificios feos de arquitectos locos en las afueras de Gasteiz. Por fin, Donostia.
El albergue municipal está muy bien, en plan hostel canadiense. Cocina, lavandería, internet y una recepcionista majísima que trata de colocar a tres mejicanas que se han quedado colgadas. Habitación de seis. Un chaval de Lyon que quiere ir a los sanfermines.
Cenamos en un bar con un camarero descarado empeñado en vendernos el foie a la plancha. No encontramos taxi y volvemos andando. El puerto, la Concha, Miramar, Ondarrieta y el albergue en la base del monte Igueldo.

domingo, 17 de junio de 2012

camino de santiago 2009

Mi primer tramo del Camino de Santiago, una semana de Donostia a Bilbo, lo hice con un pequeño cuaderno Moleskine de bolsillo. Era de esos que se despliegan como si sólo tuviera dos páginas gigantes apaisadísimas que se pliegan en acordeón. En el anverso escribía y dibujaba a modo de diario, y en el reverso puse toda la ruta (de derecha a izquierda, en el sentido del camino), donde iba dibujando y anotando edificios y cosas curiosas. El camino lo hicimos andando y, aunque un poco difícil por lo accidentado del terreno, resultó muy agradable por haber muchas zonas de bosque y lugares hermosos.
Ahora que se acercan nuevos días de Camino, de Bilbo a Santander, justo la continuación de aquel tramo, pondré aquí los resultados que en él obtuve. Espero ayuden a aquellos que se animen a viajar de esta forma tan antigua y natural, y gusten de llevar siempre consigo un cuaderno.

sábado, 16 de junio de 2012

tercera semana


Los pollitos americanos cumplen mañana tres semanas de vida. Como quiera que ya han revuelto toda la tierra del arriate y de las macetas y se han comido cualquier brote verde que apareciera, se hace imprescindible su traslado al gallinero.