Durante mucho tiempo he venido a esta plaza a leer el periódico en sus terrazas. Es una de las plazas más bonitas de Madrid y, a pesar de lo céntrica que es, también tranquila. En el cruce con la calle de la Bolsa, unas marcas indican donde estuvo la torre de la antigua iglesia de Santa Cruz, que fue la atalaya más alta de Madrid, desde donde se veía toda la ciudad. Ahora la iglesia está en el solar del que fue el convento dominico de Santo Tomás, cuyo altar mayor, como castigo divino, cayó sobre ochenta feligreses, que quedaron sepultados. La nueva es de estilo neogótico, de ladrillo rojo. Todos los días me despertaban sus campanadas de las nueve. Siempre con la misma melodía. Cuando trataba de emularla se me iban las notas al filomátic y Beni me corregía.
Allí también está el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, que fue cárcel de corte. Es un edificio de fachada simétrica con tejados de pizarra que acaba en agujas en sus torres estilizadas. La portada es de Antonio Herrera. Tiene un balcón con banderas y, sobre él, un frontón triangular que acaba en un ángel blanco.
Hace unos pocos años hicieron un parking, lo que hizo imposible un centímetro de tierra y árboles de acuerdo con el tiempo de la plaza. Ahora sólo hay granito y unos arbustos en macetas que, con el tiempo, se perderán. También un apestoso ascensor de metal y cristal. En el entorno quedan algunas tiendas antiguas: Lanas Sixto, una cerería, guarnicioneros, alguna espartería y cordelería. Hay pensiones baratas y también están los bomberos. Los zaguanes suelen usarlos los mendigos, incluso ahora que hay acampada en Sol.
Ahora el Ayuntamiento la convertirá en mercado gastronómico para pijos durante esta semana, supongo que en la línea del Mercado de San Miguel, en su afán en convertir todo el centro de Madrid en un centro comercial ¿cómo puede uno pasear tranquilamente sin que lo traten como consumidor?. Casi todas las plazas se han convertido en bares o restaurantes y las que no, están llenas de casetas de feria. Siempre celebramos algo y, cuando menos te lo esperas, te han metido en una cola.
martes, 31 de mayo de 2011
supervivientes
Mi teoría sobre las plantas es que no hay que atiborrarlas de agua, ni sulfatarlas, ni abonarlas; sino dejar que vayan adaptándose a su sitio poco a poco hasta llegar al punto de no necesitar nada de energía.
Esto es casi imposible, pero le ayuda mucho que tenga mucha tierra y un poco de agua cuando arrecia la pertinaz sequía.
Este geranio que dejé abandonado en la terraza de mi anterior casa de Madrid, se ha convertido en un arbusto de ramas leñosas y tiene este maravilloso aspecto. Naturalmente, no estoy satisfecho de mis cuidados, debe haber sufrido mucho. Pero ahí está: fuerte y lozano como un chavalín lleno de arrugas y heridas.
Esta es la única teoría posible para alguien que no tiene un sitio fijo donde vivir. No puede estar uno toda la vida mudando muebles y plantas, ni coleccionando gente.
azul
Se ha escrito mucho y se han visto muchas imágenes de la acampada de la Puerta del Sol. A mí lo que me ha impresionado es que todo es azul. La luz se filtra por las lonas y todo es azul. Los jóvenes y los mayores, los participantes y los curiosos. Y también los fotógrafos, que hay de todo tipo, pero azules. A las estatuas y las farolas también les llega la luz azul que se refleja..
El quiosco de tabaco no cierra, y se está forrando de azul. La prensa gratuita tiene las hojas azuladas. Y esta gente que dibujo, que viene de visita y, de golpe, se pone a pensar. No sé en que piensa, el mar, el cielo, el futuro... algo azul sin duda.
Hoy se están organizando para tensar lonas y hacer el campamento un poco más habitable.
lunes, 30 de mayo de 2011
de la cueva de nerja a frigiliana
Hacemos una ruta difícil para rodillas frágiles y pedales chungos. Salimos de la entrada a la cueva, hacia el Pico del Cielo. Antes nos desviamos a la izquierda, hacia la fuente del Esparto. Agua fresquita para la nuca y las cantimploras. Después subimos hasta un balcón en que vemos las sierras del Parque. Caminamos, ahora más tranquilos, por arriba, viendo allá abajo el barranco del río Chillar. Allí estuvimos ayer.
Bajada espectacular y cansina por una senda muy irregular y comida por la maleza. Las aulagas nos arañan. Los escalones pedregosos nos están destrozando los dedos de los pies. Llegamos a una casa derruída frente a un tilo y, seguidamente al río Chillar. Descansamos junto al agua, alguno sobre el agua y sin botas. Damos cuenta de los bocatas de jamón que nos hemos hecho en el hotel.
La siguiente subida a la próxima sierra se hace más pesada, por el soletón. Arriba descansamos bajo un pino. Esta zona es más seca y huele menos a tomillo, mejorana, lavanda y menta. La bajada nos va poniendo de mala leche, pero la belleza de este barranco acaba con toda duda. Preciosa la subida por la acequia, con una mejor perspectiva que desde el río. Tiene muchos tonos de verde y un rosa fuerte que le dan las adelfas. Esto es lo que dibujo a toda leche, pues me he quedado el porra.
La subida a Frigiliana es muy empinada, pero llegamos justo a la terraza del bar restaurante Virtudes, donde nos agasajan con cerveza muy fría y mogollón de raciones. Ahora sí que somos felices.
Bajada espectacular y cansina por una senda muy irregular y comida por la maleza. Las aulagas nos arañan. Los escalones pedregosos nos están destrozando los dedos de los pies. Llegamos a una casa derruída frente a un tilo y, seguidamente al río Chillar. Descansamos junto al agua, alguno sobre el agua y sin botas. Damos cuenta de los bocatas de jamón que nos hemos hecho en el hotel.
La siguiente subida a la próxima sierra se hace más pesada, por el soletón. Arriba descansamos bajo un pino. Esta zona es más seca y huele menos a tomillo, mejorana, lavanda y menta. La bajada nos va poniendo de mala leche, pero la belleza de este barranco acaba con toda duda. Preciosa la subida por la acequia, con una mejor perspectiva que desde el río. Tiene muchos tonos de verde y un rosa fuerte que le dan las adelfas. Esto es lo que dibujo a toda leche, pues me he quedado el porra.
La subida a Frigiliana es muy empinada, pero llegamos justo a la terraza del bar restaurante Virtudes, donde nos agasajan con cerveza muy fría y mogollón de raciones. Ahora sí que somos felices.
sábado, 28 de mayo de 2011
en nerja
Después de un potente desayuno continental, bajamos al río Chillar. Preciosos los jacarandas con sus flores moradas a tope y, luego, ya en el río, pinos, cañas de azúcar y un bosquecillo de eucaliptos con una vieja central junto a la acequia. Algunos se bañan en la cascada y otros en las pequeñas presas hechas con piedras. En la orilla, higueras, adelfas y mirtos. En la parte ancha del río, chinatos blancos en las orillas e islotes. Luego, el río se va estrechando y hay que hacer la mayoría de la ruta andando sobre el agua (imprescindible llevar buen calzado, por las piedras, que sabemos quedará empapado, pantalones cortos, por encima de las rodillas, y un macuto para que no se nos mojen los bocatas, la máquina de fotos y la cartera). Paisaje vertical con mucha vegetación, esencialmente pinos, entre las rocas.
Mientras los compañeros se jalan el bocata, yo aprovecho para dibujar el cortado donde los pinos se agarran milagrosamente. El bacon y los huevos juguetean en mi estómago. Por las prisas uso sólo un pincel de acuarela marrón.
La parte más bonita y espectacular viene cuando el Chillar se va encajonando en paredes curvas y verticales que el agua ha ido limando con formas de pequeños meandros. Esto hace que el agua esté más alta y nos llegue a las rodillas, sobre todo cuando es tan estrecho que podemos tocar las paredes de ambas orillas a la vez. Entonces vemos como las paredes se pierden hacia el fondo, una tras otra, como los bastidores de un teatro caprichoso, bajo una luz cuya fuente se adivina muy a lo alto, filtrada por las ramas de los pinos que nos regalan gotas intermitentes de agua. Alunicinante.
La ruta es fácil pues todo es llano y a la sombra, con la única dificultad de estar andando con los pìes sumergidos en el agua y pisando piedras, en algún tramo, bastante gorditas. Menos mal que me pelé una caña seca que he usado de bastón. Otro peligro es que caiga una china desde arriba, que hoy le ha pasado a Horneros. Se nos hace un poco tarde y volvemos sin ver la zona de patos y las pequeñas cascadas.
A la vuelta, descansamos a la sombra de un gran eucalipto, que marca el inicio a la ascención al pueblo (primer dibujo).
Comemos paella como buenos guiris. El hotel está plagado de ingleses jubilados. Y después nos vamos a la playa de Burriana. Afortunadamente no es temporada alta y hay grandes claros al final. Nos instalamos frente al parador. La playa es de chinatos. Nos bañamos. El agua está buena, pero no tan transparente como en el Cabo de Gata. Dibujo un poco mientras el sol me tuesta. Casi todas las piedras son blancas como de alabastro y con formas casi perfectas. Prefiero la variedad.
Esta playa es muy bonita, encajonada entre las verdes montañas del final de la Cordillera Penibética . Y el clima es perfecto. Las plantas parecen estar en el sitio para el que han nacido, y muestran todo su esplendor. Buganvillas, olorosas lantanas, todo tipo de grasas. Los setos se han convertido en enormes cipreses.
Mientras los compañeros se jalan el bocata, yo aprovecho para dibujar el cortado donde los pinos se agarran milagrosamente. El bacon y los huevos juguetean en mi estómago. Por las prisas uso sólo un pincel de acuarela marrón.
La parte más bonita y espectacular viene cuando el Chillar se va encajonando en paredes curvas y verticales que el agua ha ido limando con formas de pequeños meandros. Esto hace que el agua esté más alta y nos llegue a las rodillas, sobre todo cuando es tan estrecho que podemos tocar las paredes de ambas orillas a la vez. Entonces vemos como las paredes se pierden hacia el fondo, una tras otra, como los bastidores de un teatro caprichoso, bajo una luz cuya fuente se adivina muy a lo alto, filtrada por las ramas de los pinos que nos regalan gotas intermitentes de agua. Alunicinante.
La ruta es fácil pues todo es llano y a la sombra, con la única dificultad de estar andando con los pìes sumergidos en el agua y pisando piedras, en algún tramo, bastante gorditas. Menos mal que me pelé una caña seca que he usado de bastón. Otro peligro es que caiga una china desde arriba, que hoy le ha pasado a Horneros. Se nos hace un poco tarde y volvemos sin ver la zona de patos y las pequeñas cascadas.
A la vuelta, descansamos a la sombra de un gran eucalipto, que marca el inicio a la ascención al pueblo (primer dibujo).
Comemos paella como buenos guiris. El hotel está plagado de ingleses jubilados. Y después nos vamos a la playa de Burriana. Afortunadamente no es temporada alta y hay grandes claros al final. Nos instalamos frente al parador. La playa es de chinatos. Nos bañamos. El agua está buena, pero no tan transparente como en el Cabo de Gata. Dibujo un poco mientras el sol me tuesta. Casi todas las piedras son blancas como de alabastro y con formas casi perfectas. Prefiero la variedad.
Esta playa es muy bonita, encajonada entre las verdes montañas del final de la Cordillera Penibética . Y el clima es perfecto. Las plantas parecen estar en el sitio para el que han nacido, y muestran todo su esplendor. Buganvillas, olorosas lantanas, todo tipo de grasas. Los setos se han convertido en enormes cipreses.
Dibujo a Ángel con sus gafas, a una familia completa y a una gorda que toma el sol y las aguas sentada. Cuando la cosa parece no dar más de sí, subimos al hotel cogiendo trozos de cactus y algún geranio para la huerta.
Nos damos un baño en la piscina y cenamos rapidito, que juega el Barça la final de la Champions y hemos jugado una porra.
Por la noche vemos el casco viejo. Está todo lleno se restaurantes para guiris. Da la impresión de que han convertido el pueblo en un negocio, en una empresa pinturera. Más abajo del Balcón de Europa hay una plazoleta de bares de copas. Mogollón de chavalillas con tacones altos y chavales de gimnasio.
Hace cincuenta años, esto debió ser un paraíso. Hoy es una factoría.
Por la noche vemos el casco viejo. Está todo lleno se restaurantes para guiris. Da la impresión de que han convertido el pueblo en un negocio, en una empresa pinturera. Más abajo del Balcón de Europa hay una plazoleta de bares de copas. Mogollón de chavalillas con tacones altos y chavales de gimnasio.
Hace cincuenta años, esto debió ser un paraíso. Hoy es una factoría.
viernes, 27 de mayo de 2011
gente de ecuador
Pepe, un chaval que estudia y trabaja en Quito, sacó lo que pudo de su poco tiempo libre para enseñarnos su ciudad y llevarnos a buenos restaurantes baratos. Nos dejó su habitación para que durmiéramos. Ahora ha conseguido una especie de beca de trabajo para Holanda y está pensándoselo. Esperamos verlo pronto.
Esta es su abuela, que vive en en un barrio a las afueras de Carimanga. Tiene casi ochenta años y aún hace comidas para el barrio en su ennegrecida cocina sin chimenea. Mientras guisa, los perros se comen los restos. Es tan buena que da pena. Nos pone un muslo de pollo sobre un plato de arroz blanco y luego nos abre una vieja cama para que durmamos. Su mortero es de piedra sobre piedra, igualito que los que usaban en el Neolítico. Tiene guineos, café y ovejas, pero vive pobremente. Está contenta porque le han puesto un retrete en la calle y un grifo del que sale agua.
Sabemos que acaban de ponerle uno de los primeros teléfonos del barrio. Mal asunto, irá todo el mundo a gorronearle.
Lauro Rodrigo tiene un hijo, casado con una polaca, en Madrid y una casa en Loja. Nos cuenta las comidas típicas y buenas de por aquí y los restaurantes donde mejor las preparan: el chancho a la barbosa, los tamales con ají verde en El Tamal Lojano, el chivo al hueco (enterrado) en El Sapotillo (Juan José Peña). Nos invita a una bola verde de guineo deliciosa con café en El Tamal Lojano y nos da una carta para su hijo. Es demasiado presumido, nos dice que tiene siete carreras y me hace dibujarlo en un papel suelto y me pide permiso para firmarlo ¡como si lo hubiera hecho él mismo! Nos invita a su casa, pero este hombre es demasiado para nuestro gusto.
Brian, Tatiana, Juli y Lionela son cuatro chavales/as de Amalusa que se dejan dibujar a gusto en la plaza mientras esperamos que venga Antonio a recogernos. Aguantan para ver si cae algún dólar y nos recomiendan una casa de comidas y una subidita al Guambo, el pico que hay detrás de ellos.
Maira y Joana son las hijas de Juan con su segunda mujer. Alucinan con nosotros y nos miran como si fuéramos extraterrestres. Tienen una casa a medio construir encima de una montaña llena de árboles de Tundirama. Desde allí, las estrellas parece que pudiesen tocarse. Son dulces, se despiden cariñosamente de nosotros, a la mañana siguiente, vestidas con su uniforme del cole. Ha dormido toda la familia junta en una habitación (padres, hijos y abuelos), para que nosotros durmamos en la otra.
jueves, 26 de mayo de 2011
viaje a sudamérica 2010
Para todos aquellos que nos acompañaron, virtualmente, en nuestro viaje de Quito a Buenos Aires en autobús, os paso un plano con el trayecto y las paradas. Aprovechando un trabajo que tengo que hacer sobre este viaje, os paso la información que estoy preparando. Así se vería desde un satélite, una forma de ver el bosque, olvidándose un poco de los árboles.
ECUADOR: 1.Quito 2.Latacunga 3.Ambato/Pelileo 4.Cuenca 5.Loja 6.Amalusa/Tundirama 7.Carimanga
PERÚ: 8.Chiclayo/Pimentel 9.Trujillo/Huanchaco 10.Lima 11.Pisco/Paracas 12.Ica 13.Arequipa 14.Puno/Titicaca
BOLIVIA: 15.Copacabana 16.La Paz 17.Sucre 18.Potosí 19.Uyuni 20.Salar de Uyuni 21.Lagos 22.Villazón/La Quiaca
ARGENTINA: 23.San Salvador de Jujuy 24.Formosa
PARAGUAY: 25. Asunción
ARGENTINA: 26.Iguazú 27.San Ignacio Mini 28.Posadas 29.Colón 30.Galeguaychú 31.Buenos Aires 32.Santa Teresita
miércoles, 25 de mayo de 2011
joyas de mi biblioteca
Guckguck-Dada Alfred Zacharia y Ernst Heimeran Verlag.Catón alemán sin fecha de cartón cosido e ilustraciones en grabado sobre papel encolado. Cantos tintados de verde. Pastas desgastadas por el tiempo. Desprende un fuerte olor a cartón. 14,5 x 24,50 cms. Uno no sabe si es un verdadero catón de los años veinte o una obra de arte. Uno lo repasa con placer y cierta angustia de pesadilla kafkiana.
Zoología animada, animales movibles sin montaje de cortar ni pegar. Album I: El canguro, el tigre, el elefante, el ciervo, la gacela, el camello. Album II: La jirafa, el búfalo, el rinoceronte, el hipopótamo, la cebra, el oso. Ediciones Generales L. Sibilis. Muntaner 305, Barcelona. Originales de Mouro. Ilustraciones de Subirats. Textos de Marsillach. Sin fecha. Se vendieron en la Librería Bosch, en la Ronda universitaria de Barcelona, por 18 pesetas. Olor a tinta y cartón rancio. Las piezas vienen troqueladas en páginas completas, fáciles de separar por troquel punteado. 18 x 25 cms. Una auténtica maravilla.
Las minas del rey Salomón, Rider Haggard. lectura para todos, suplemento de la revista semanal Jeromín. 30 cts. Este gran clásico de aventuras ilustrado por Cañavate y en formato 21 x 29 cms.
un café frente a la iglesia del cristo
Manolo ha puesto terraza en la puerta de la tetería. A mí me viene de maravilla porque mi casa es esa que se ve con dos chimeneas en la parte derecha del dibujo. Así que hoy el café trae premio.
La ermita de San Cosme y San Damián, o del Cristo de la Columna, o el Cristillo (con esa forma tan manchega de quitar importancia a las cosas), es una iglesia pequeña con forma de cruz, con dos aguas en el techo de la nave principal y con cuatro en el crucero, fruto de la ampliación, en el siglo XVIII, de otra ermita más pequeña construida en el XV.
Me gustan especialmente los contrafuertes (que producen un juego de luces y sombras estupendo por la tarde), la espadaña y el patio, que me encantaría que tuviera un carácter más público. También que se haya respetado un espacio grande no construido a su alrededor.
Cuando era pequeño, esto era casi el final del pueblo (de hecho mi calle tiene el nombre de ronda) y la parte de la espadaña tenía una pequeña vivienda y un montón de escombros que, en esta época, se llenaba de hierba. La gente cruzaba por los montones por un pequeño sendero. En la parte trasera había un cementerio en desuso, con lápidas rotas muy evocadoras (evocaciones terribles para mi edad). Dicen que tenía dos partes: la católica y la no.
En esa pequeña vivienda, vivía, al menos durante la guerra, una familia muy humilde con varias niñas. El abuelo de mi madre, Ignacio, que se vino del Madrid bombardeado, iba con frecuencia y al atardecer, a la ermita, visitando siempre a esta simpáticas chicas, a las que les regalaba un juego de maricotas que traía de la capital.
La moda espantosa de la pavimentación desmedida, de los espacios sin tierra y sin árboles, ha llegado también aquí. Han hecho una esplanada tremendamente soleada, destruyendo los árboles y plantas que había en su pequeño jardín. No creo que acabar con las humedades de la iglesia justifique tamaño destrozo, y menos privarnos de sombra en verano.
martes, 24 de mayo de 2011
tres honorios en la corte del rey abderramán I
Se abre el telón y aparecen tres paleticos de Bolaños en la Feria de Córdoba. Y el cuarto que lleva el pincel.
¿Cómo se llama la película?
Parece que el honorio mayor va saliendiiillo.
lunes, 23 de mayo de 2011
acampada en córdoba
No todo fueron rebuhitos y fiesta. Mientras los gominas paseaban a caballo y las chicas de lunares se dejaban fotografiar por los turistas, ahí estaban acampados e indignados con toíta la caló. ¡Y luego dicen que ni trabajan, ni quieren trabajar! Seguro que bajo el gorrito redondo y tiesos con ese pantalón que les reprieta las barrigas.
Es verdad que yo lo vi. Y, aunque sólo se habla de grandes ciudades y grandes concentraciones, aquí están estos valientes que no saldrán en la tele.
Magnífico reportaje gráfico el que está haciendo el dibujante Sagar de la acampada de la Plaça de Catalunya. Todo fresquito y de plena actualidad. ¡Muy bueno!
domingo, 22 de mayo de 2011
gente en la feria de córdoba
La mejor caseta es El Rincón de Cuba. Hay todo tipo de gente, tiene precios populares y puedes conseguir sillas para dibujar. Dibujo varias familias. La gente me surte de tabaco mientras los retrato. Ángel, uno de los camareros, me trae mojitos para que lo inmortalice, luego se lo enseña a los colegas y le hace una foto (le digo que no puedo cargarme el cuaderno). Se hacen risas y conoces gente. Hoy corto pronto, no tengo el cerebro para mucho.