martes, 10 de diciembre de 2019

las huelgas del 62 en puertollano








Pedro Lamata Megías, informe a Julián Calero, delegado sindical de la provincia, 6 de marzo de 1962



De la Dirección General de Policía, en Madrid, ha llegado a Puertollano esta orden de busca y captura del que escribió esa palabra "absurda, sospechosa, y razón para indagar": que oculta a saboteadores del orden y la paz ciudadana. La palabra "Trasapal" es una consigna, entre los hombres del trabajo, para incitar y sublevar. Es necesario averiguar qué es lo que dice esa palabra, quién la escribió, cuándo apareció en Mina Asdrúbal y quiénes pueden estar implicados en ella. Averígüese con todo celo sin escatimar medios de averiguación.
Pedro Muñoz y Fernández en Joel con la huelga, Ciudad Real 1980.


El día 6 de mayo habían aparecido unas inscripciones de gran tamaño en las que rezaba por título "Viva la huelga de Asturias". Era toda una declaración de intenciones para los cerca de doce mil obreros de la cuenca manchega. Todo comenzó en el pozo "Enrique", luego pasó a las minas de Solana del Pino, así como a la Factoría Calvo Sotelo y Central Térmica de Peñarroya.
La huelga se prolongó por espacio de diez días, con seguimiento por parte de empleados municipales y ferroviarios, además del comercio, lo que provocó un paro casi completo de Puertollano y su zona de influencia. En el fondo de la mina se llegó a retener a ingenieros y facultativos. La fuerza pública llegó a congregar 2.500 hombres entre guardia civil y policía armada. Nadie recordaba una huelga de estas características en que destacaron desde el primer momento las mujeres apoyando a los mineros y acusando de esquiroles en los piquetes a aquellos que no seguían el paro.
La prensa, solo se publicaba el falangista Lanza en Ciudad Real, apenas recoge la trascendencia de los sucesos, da la impresión de que nada ha ocurrido. la Diputación Provincial concede la Medalla de Oro de la Provincia a Camilo Alonso Vega, Ministro de la Gobernación en ese momento.
La represión de los huelguistas corrió a cargo sobre todo de efectivos de la Guardia Civil, que desalojaron de los tajos y campamentos a los obreros. Hubo algunas detenciones y muchos despidos. A pesar de las negativas públicas del régimen, obsesionado por mantener "el principio de autoridad sin ninguna claudicación", se consiguieron  subidas salariales y la readmisión de los mineros.
TRASAPAL, las huelgas de 1962 en Puertollano, de Manuel Ortiz Heras


La huelga, en aquella dura etapa de la dictadura franquista, llegó extendida por la resistencia al franquismo que ejercía el PCE y su apuesta por construir un movimiento de oposición sociopolítico que expresara la contestación laboral y social ante tanta penuria, tanta desigualdad y la falta de libertad. La huelga fue liderada por hombres arrojados, comprometidos, exigentes, que constituyeron la Comisión Obrera en cada empresa, que fraguaron un crisol de solidaridad y exigencia; fue conocida por la huelga de los “treinta duros” (ciento cincuenta pesetas de las de entonces) que se pedían como el salario diario que debían recibir los trabajadores de las categorías inferiores. 
Se aplastó la revuelta, se produjeron detenciones, se señalaron a trabajadores, se despidieron a otros; se les mantuvo en estrecha vigilancia para privarles finalmente del empleo. Pero se inició un camino imparable en la lucha contra la dictadura franquista. La lucha no fue en vano. Se lograron mejoras, aunque el régimen las disfrazara en el BOE como subidas a la producción del carbón, y se continúo cimentando la lucha colectiva de los trabajadores.
Jesús Camacho Segura, secretario de Acción Sindical de CCOO-CLM

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