jueves, 5 de diciembre de 2019

la mina de san esteban






En este anuncio de los años cuarenta aparece la mina de carbón de San Esteban, de Puertollano, que contaba con los pozos de San Julián y San Felipe, este último reproducido en el anuncio,  y que fue explotada, entre otras, por la Sociedad Hullera de San Esteban, pasando más tarde a ser propiedad de Julián Sánchez. Durante la contienda civil fue colectivizada, al igual que otras, por la CNT. Las labores se mantendrían hasta 1955, fecha en la que se consideró prácticamente agotada, entrando en quiebra en julio 1959 la empresa explotadora y produciéndose su cierre poco después con 160 hombres en plantilla.


En el año 42, un artículo de ABC habla de un kilómetro de hulla ardiente en sus galerías, cuyo origen achaca a la ineptitud y total desconocimiento de la técnica minera de los ocupantes durante la incautación anarquista en los tres años de Guerra Civil. Habían convertido la mina en un brasero, asegura. Y la Sociedad Hullera de San Sebastián lo intenta solucionar taponando las galerías con muro de ladrillo, para evitar que el oxígeno reavive las llamas, y tapando la huya incandescente con greda húmeda. Antepone salvar vidas humanas, no ha habido ningún accidente mortal, sin olvidar la necesidad que tiene el país en esos momentos de la riqueza hullera de la mina. Sus carbones eran considerados de primera calidad. Abastecían a ferrocarriles. Tres mil. toneladas mensuales les facturaban. El precio sobre vagón era de 38 pesetas la tonelada de menudo, 55 la avellarife y 67 el grueso. En realidad, muchos batallones de trabajadores presidiarios redimían sus penas trabajando en las minas.

Aún se conservan los castilletes de los dos pozos junto a las ruinas de sus casas de máquinas, los lavaderos de carbón y una bella chimenea de fundición coronada por un nido de cigüeñas.

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