miércoles, 29 de mayo de 2019

ciudades de vacaciones

Si bien la tendencia histórica que ha caracterizado las motivaciones turísticas ha sido la búsqueda de una supuesta autenticidad, cuanto más se turistifican los espacios urbanos, más se parecen entre sí. Es decir, buscamos lugares auténticos y poco masificados y, así, la parafernalia turística a través de la especialización del tejido comercial, la airbnización de las viviendas y la residencialidad flotante, entre otras prácticas, acaba por uniformarlos. 
Es importante que las regeneraciones urbanas estén pensadas para los ciudadanos y no exclusivamente para procesos de higienización urbana que tengan el objetivo de atraer capitales e inversiones turísticas. El cambio de uso de la ciudad nos ha llevado a considerar los propios vecinos y vecinas como usuarios y consumidores del espacio público. Un espacio que tiene que ser desconflictivizado para ser consumido.

Otra paradoja del sistema capitalista es que generamos desigualdades que luego acaban por ser atractivos turísticos. La curiosa "mirada turística", utilizando el concepto del sociólogo John Urry, llega hasta barrios y lugares fuera de la "burbuja turística", así llamada por Dennis Judd. Por tanto, acabamos no teniendo unos limites entre lo que es turístico y lo que no lo es. En definitiva, todo puede ser turístico y, la turistificación, así como la gentrificación, supera las fronteras simbólicas y física de los propios centros turísticos.

El sector turístico y, en muchas ocasiones las entidades gubernamentales, se han dedicado a promover atractivos turísticos en lugar de gestionar, planificar y poner en marcha mecanismos de gobernanza turística participativa. Si no planificamos un destino estaremos inevitablemente planificando el fracaso del mismo. 

Claudio Milano, coautor de Ciudad de Vacaciones. Conflictos urbanos en espacios turísticos, en Pol-len ediciones 2019

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