sábado, 2 de diciembre de 2017

el havana blues

Es difícil comer bien en Cuba. Uno siente como que han perdido la tradición culinaria. La única fórmula es buscarse una casa donde la dueña sea buen cocinera y tenga ganas de currar. En el Havana Blues, en el Paseo de Santa María de la Cabeza 56, de Madrid, vuelve uno a reconciliarse con la ropavieja, o el cerdo con yuca, arroz y frijoles, que ellos llaman Cubanísimo, o el cordero. Uno se hace una idea del sabor de los platos en origen, antes de que solo quedasen los nombres. La carta es muy corta pero rica y los precios asequibles pero caros si uno piensa en lo incómodo que es el sitio. Le falta música. Se pueden encontrar cubanos comiendo y recordar aquellos potajes de frijoles a un dólar del Hanoi.

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