jueves, 23 de marzo de 2017

bares y cafeterías de ciudad real (16)









La taberna Vinàlia, en la calle Lanza, merece una especial atención. Hasta ahora no había aparecido porque está escondida tras una tienda gourmet. Tiene una carta de vinos impresionante, cervezas artesanas, tapas de cocina, a las que les falta un poco más de elaboración, y una camarera simpática. El sitio es agradable aunque, al ser interior, es mejor visitarlo por la noche. Los jueves ya anuncian conciertos de jazz. El café bar 6 Hermanos, en la Avenida del Rey Santo, es un clásico; los jubilados se juegan las cañas a los dados. En el vacío bar Castellanos, en el Paseo Carlos Eraña, me envenenan con el café. En el bar del Hostal Frasca, en la Plaza de Agustín Salido, tienen botellines de Mahou y tapas mediocres, y una decoración espantosa con todas las superficies cubiertas de fotos de vinilo con el Rocío y caballos galopando; solo se salva la terraza, que ya empieza a recrear. The Cupcakery Café, es una franquicia estadounidense en la calle Ciruela; este chaval del dibujo y su madre la llevan, el café no está mal, pero los dulces tienen un aspecto de muy poco saludables. El Charly-Bar es un bar colombiano, en la calle Conde de la Cañada, con fritanga de su tierra: plátano maduro, mandioca, empanadas de ternera, chorizo latino... entre un euro y 1,50; lo peor es que el olor que te llevas te delata. La chocolatería churrería bar Ángel, en la calle Abén Canes, es un bar de barrio de clientes fijos con porras y tallos todo el día. La Cervecería Dallas, en la esquina de Luz con Hervás y Buendía, tiene una buena colección de tapas frías y calientes y una buena parroquia cervecera, y es barato. La Taberna Mediterránea Cano's, en pleno centro, Hernán Pérez del Pulgar, tiene tapas elaboradas por dos euros la caña en un ambiente de pijoteo manchego en un decorado de campiña francesa con tomillo y olivas, y conversaciones de negocios y setas; muy turbio para ir solo.

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