jueves, 14 de julio de 2016

nápoles-madrid

Metro, tren, autobús, aeropuerto. El aeropuerto está dentro de la ciudad y da miedo de lo cerca que pasan los aviones. Tengo que pasar dos veces la mochila por la máquina y luego me la registran metódicamente. A veces pienso que debería mejorar mi imagen en este mundo de descerebrados de traje y corbata, solamente para pasar inadvertido. En la sala me toca con un vendedor de aceite de Bari que va a España. También hay una chica que lleva un cuaderno de viaje. No saco mi cuaderno pues Quety está demasiado sensible con el tema. Lo dejo pasar. El avión de Vueling, como siempre, lleva retraso. Lo limpian deprisa y montamos cuando todavía están calientes los asientos y huele a viajero de Madrid.

2 comentarios:

  1. Uma bela viagem. E uma boa ideia: uma farda para andar de avião.

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    1. También nos serviría para trabajar, pedir un crédito, alquilar un piso, entrar en la discoteca... hasta conseguir ser otra persona.
      Un saludo

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