martes, 6 de enero de 2015

el tren de rancagua a sewell


Locomotora tipo Shay expuesta en los patios de El Teniente



Este ferrocarril fue construido por The Braden Copper Company, empresa estadounidense fundada en 1904 y propietaria en ese entonces del mineral de cobre de El Teniente, en la cordillera de Los Andes frente a Rancagua, que llegó a ser la explotación subterránea de cobre más importante del mundo.

Su trocha fue de 76 cm y su recorrido tenía alrededor de 70 km de longitud. El trazado se iniciaba en el Patio Rancagua, un complejo de instalaciones destinados a servir como punto de transferencia de carga desde este ferrocarril a la línea estatal. Además en ese lugar se realizaba el acopio temporal de mineral y maquinaria, existían talleres y oficinas administrativas y un sinfín de actividades asociadas a la operación minera y ferroviaria. Todo esto en el costado sur-poniente de la estación de Rancagua.

Estación de Colón
La ruta, cuya orientación general era de poniente a oriente, recorría algunos kilómetros de terreno llano en las cercanías de Rancagua, para luego enfrentar la cordillera recorriendo tramos extremadamente difíciles de montaña hasta llegar a Sewell, campamento minero que albergaba a los trabajadores de la mina.

Las obras de construcción se iniciaron en 1907, siendo terminado en 1911, aunque en 1916 se debió reconstruir para solucionar una serie de problemas técnicos provocados fundamentalmente por el criterio inicial de construirlo a muy bajo costo. Debieron ser ampliadas una serie de curvas, fueron reemplazados los puentes originales de madera por estructuras de acero, se cambiaron los rieles por otros que resistieran mayor peso, etc. Posteriormente fue extendido hasta El Teniente y en 1919 se construyó un ramal de 2.6 km que partía desde la estación Colón a la fundición de Caletones.

En sus primeros años, fue operado casi exclusivamente con locomotoras del tipo Shay, construidas por Lima en Ohio, Estados Unidos. Estas locomotoras estaban dotadas de un curioso sistema de cilindros verticales ubicados a un costado de la caldera y que transferían su fuerza motriz a un cigüeñal, el que luego distribuía el movimiento a las ruedas mediante piñones.

Su diseño, unido a que sus rueda motrices se encontraban montadas sobre boguies, les permitía operar muy eficientemente a bajas velocidades con mucha carga y sobre curvas muy cerradas.

Este ferrocarril, junto con la mina y el campamento minero de Sewell contaban con una serie de curiosidades que lo hacen sumamente especial.

Dado que la mina de El Teniente se encuentra en una zona de alta montaña, el acceso hasta ella era muy difícil en los primeros años de explotación, por lo que sus propietarios debieron construir una verdadera ciudad en las cercanías para albergar a los trabajadores. Esta ciudad se ubicó en la ladera de un cerro y la constitución de sus edificios y calles la hicieron conocida como La ciudad de las escaleras. Existían todos los servicios básicos e incluso comodidades que ni siquiera existían en Rancagua. La empresa se preocupaba por el bienestar de sus trabajadores en forma integral, estableciendo reglamentos que aseguraban la buena convivencia de los trabajadores, la presencia permanente de las familias de estos, cuando eran casados, actividades culturales y recreativas y todo lo necesario para mantener cómodos a los empleados.

Por todo ello, aunque el objetivo principal del ferrocarril era el transporte de mineral y de insumos, también tenía un servicio de pasajeros para los empleados y el público mediante trenes con coches de madera.

La empresa también se caracterizó por construir buena parte del material rodante necesario adaptando o fabricando integramente autocarriles para el transporte de los altos ejecutivos. Por ello, era posible ver sobre las vías camionetas, autos y micros de pasajeros, más livianos y rápidos que los trenes convencionales.

A principios de los años 50 se reemplazaron las locomotoras a vapor por otras diesel, abandonándose finalmente este ferrocarril en 1978, para ser reemplazado por una carretera. El mineral de El Teniente pasó a ser controlado por el Estado de Chile entre 1966 y 1971 por lo que su administración quedó en manos de Codelco (empresa minera estatal). En la actualidad, Codelco sigue operando un ferrocarril eléctrico con trocha Stephenson (1.435 mm) solo en el área industrial, por lo que luego el mineral debe ser transportado en camiones.

Ciudad minera de Sewell
Construida en una ladera demasiado abrupta para permitir la circulación de vehículos con ruedas, Sewell se estructuró en torno a una gran escalera central que se elevaba desde la estación ferroviaria. A lo largo de su recorrido, esa escalera iba jalonando plazoletas de configuración irregular, ornadas de árboles y plantas, que constituían el espacio público urbano principal. Los edificios que se alinean a lo largo de las calles son de madera y con frecuencia están pintados con diversos colores llamativos: verde, amarillo, rojo y azul. La ciudad minera fue abandonada por una gran mayoría de sus pobladores en el decenio de 1970, una vez que la carretera y los medios modernos de transporte permitieron que los trabajadores pudieran vivir en Rancagua y viajar rápidamente hasta su trabajo en la mina (en su momento de apogeo llegó a contar con 15.000 habitantes). Aunque se alcanzaron a desmantelar una buena parte de las instalaciones, se conserva hasta hoy una buena cantidad de edificios que se utilizan con fines turísticos. Está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.




















Rancagua está en la Panamericana (Ruta 5) a 87 km al sur de Santiago.

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