sábado, 27 de diciembre de 2014

el bosque de arrayanes



Foto Matías Callone
En medio de un clima frío y húmedo, en las cercanías de la Villa la Angostura, en la península de Quetrihué, en el lago Nahuel Huapi, al norte de San Carlos de Bariloche, en la frontera de Argentina con Chile, junto al Parque Nacional de Puyehue, está este bosque de colores naranjas, formando parte del Parque Nacional de los Arrayanes. Las vistas al lago Nahuel Huapi se consideran como una de las mejores panorámicas que el mundo puede ofrecer.

Con vistas a la bahía y un sendero de doce kilómetros por un bosque patagónico hasta llegar al Bosque de los Arrayanes, después de dos horas de caminata. Una pasarela de madera protege los árboles del impacto de los visitantes. En el extremo opuesto de la península hay un catamarán esperando para evitarnos el camino de vuelta, y la lluvia si, casualmente, nos libramos de ella a la ida.

El arrayán o luma apiculata, arrayán chileno, palo colorado, quetrio o temu, es un árbol de hoja perenne de la familia Myrtaceae. Su nombre, español, viene prestado del árabe por su parecido al Mirto común o europeo. De hojas simples redondas u ovaladas terminadas en punta y flores hermafroditas blancas que salen en verano y son de gran importancia para la producción de miel. El fruto es una baya comestible de color negro o marrón parecida al arándano. La corteza es castaña para el ejemplar joven y naranja para el adulto. Normalmente se le conoce como arbusto, pero en este bosque puede alcanzar hasta 20 metros de altura y uno de diámetro su tronco. Los mapuches lo utilizaban como planta medicinal. Está naturalizado en los bosques occidentales de Irlanda y el Reino Unido y puede verse en España. También se cultiva en bonsai.

Fuentes: 101 Lugares increíbles, de Matías Callone, Wikipedia y Turismo Ayacara
Según los mapuches, en el Lago Nahuel Huape habitaba el jagüelito
San Carlos de Bariloche es el inicio, o final, del Tren Patagónico

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