miércoles, 29 de enero de 2014

el hombre feliz que nada tenía













Amou Haji ("Amou" es una palabra entrañable en Farsi), de 80 años, que vive en la aldea de Dejgah en la provincia iraní meridional de Fars no se ha bañado desde hace 60 años. Después de haber pasado por algunos contratiempos emocionales en su juventud, decidió vivir una vida aislada. 

Él cree que la limpieza le trae enfermedad. Su comida es carne podrida de los animales muertos, en especial los puercoespines. Su pipa se llena de heces de animales en lugar de tabaco y cuando le da la gana fuma cigarrillos que enciende varios a la vez. Lleva un casco de guerra, no para luchar contra el enemigo en el campo de batalla, sino contra los fríos inviernos.

Amou Haji tiene un par de lugares para vivir : uno es un agujero en la tierra, que se asemeja a una tumba, para mantenerse conectado a la tierra y en contacto con la realidad de la vida. El otro es una choza de ladrillo construida por aquellos que sentían pena por él. Como espejo usa los de los coches de la chatarra.


Después de todo Amou Haji nos está mostrando una forma alternativa y desagradable de la vida para vivir y quién puede decir quién tiene razón y quién está equivocado? Por lo que yo sé es que él tiene más suerte que muchos de nosotros. Su techo es el cielo estrellado, su pequeña choza no está hipotecada, la almohada y el edredón es el cojín suave de la tierra abrazándolo cada vez. No ve facturas de gas y electricidad. Como patio tiene todo hasta el horizonte. No tiene miedo de ser robado por las noches porque no tiene ninguna posesión.

Él se siente feliz a pesar de no tener pertenencias y tal vez por eso es exactamente que él está alegre. Bebe sus cinco litros de agua todos los días, un hábito saludable, de una gran lata de aceite oxidado.
Y sí, en efecto Amou Haji se preocupa por mantener su pelo y cortarlo, pero no por ir a peluquerías caras.

Gracias por mostrarnos lo pobres que vivimos. 

Tehran Times e imgur

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