viernes, 18 de octubre de 2013

almorzando con dios



Algunas noches sueño que recorro una gran casa vacía con paredes de hormigón y grandes espacios. Alguna vez la construí en Bolaños, junto a mi casa actual. Por alguna razón la abandoné. Hoy sueño que paso a verla y veo que tienen montada una oficina los de Axa seguros sin ningún contrata, por las bravas. Llamo a la policía y lo peor es que hacen el paripé y dejan que salga la gente con carritos llenos de documentos. Me siento en una terraza con Javi, los de la competencia, otra aseguradora, nos invitan. Estoy tan indignado que pido los deneís a la policía, que resultan falsos. Son empleados de Axa disfrazados. Al verle la cara a Javi me pregunto si no estaré alimentando una fuerte manía persecutoria.

Mi labor caritativa de falso psicólogo que oye a los demás nace desde la más pura laicidad. Entre el agradecimiento de Sergio y sus padres hay un resquicio de escándalo. Mis teorías se basan en que el destino del hombre es su felicidad, y deberíamos actuar de manera que nos la reporte, huyendo de todo aquello que la aleja. No entra pues aquí un dios cruel, tirano y sin sentido del humor que admite la guerra, la violencia, el hambre, los desastres naturales. Hasta a los que dicen que está en otras cosas más importantes les cuesta creer que no pueda atender al lanzamiento de una bomba atómica por estar de cháchara, siendo todopoderoso. Le explicaba a Sergio el caso de unas tribus orientales africanas que lo habían resuelto de una forma convincente: Dios tiene un hermano un poco tonto, que trata de hacer las cosas tan bien como su hermano, pero a veces se equivoca.

En estas cosas estábamos cuando alguien mentó a la Siervita de la Laguna, pero el chicharrero solo recordaba al pastor santo Juan con unas cabras en las calderas del Teide.
- Creo que es una monja.
- Bueno, hay una monja muerta que se mantiene incorrupta a la que la gente le pide la cura de familiares enfermos y cosas por el estilo. Hacen promesas y suben de rodillas al Teide a cambio de la deseada curación.
- Es difícil saber, hasta por un buen médico, donde ha intervenido la Siervita y donde la Medicina para saber quién es la milagrosa y cuánto de las dos. Mi opinión es que el alma de la Siervita debería firmar de alguna manera. Por ejemplo, en mi caso unas extrañas arrugas, o buyas, de la pleura podrían formar caracteres en la radiografía que al leerla a contra luz, y con el cuentahilos, formasen la palabra Siervita. En el caso de tu primo, las bacterias podrían roer su hueso de tal manera que dejaran su nombre grabado, o un sencillo ejercicio acrobático de éstas formando las iniciales.

Queda claro a Sergio que se puede flipar sin entrar en el mundo de las drogas ¿o son también falsos los paracetamoles?

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