viernes, 12 de octubre de 2012

la otra mérida



Dolor de cabeza con cierto odio a las margaritas. En la estación hay un cartel que dice: No se permite viajar a personas con aliento alcohólico. ¿Alguien me olerá? Aunque el boleto es de primera no cambian el paisaje, la selva baja de arbustos típica de la Península del Yucatán. De golpe, al salir de una curva, el toro de Osborne anunciando Magno.

A las cuatro horas y media llegamos a Mérida, descascarillada, hace mucho tiempo pintada. Casas hundidas y un maldito calor pegajoso, pareciera que estuviéramos en Cuba. En la calle 68, están numeradas como en NY, frente a la Cruz Roja Mexicana, encontramos una habitación limpia con baño y ventilador por 140 pesos. En la tele hablan de Pedro Garfias, un poeta español que vivió cuarenta años en México.

Hace demasiado calor en esta ciudad sin árboles, así que paseamos por los jardines, Plaza Grande, Jardín Hidalgo...y el Paseo Montejo, los Campos Elíseos de Mérida, el boulevar de la burguesía decimonónica que dejó estas bonitas casas, algunas de ellas arregladas y otras arruinándose poco a poco. En el bus 45 volvemos al centro y recorremos sus calles bulliciosas. Comemos en un restaurante pequeño, junto al mercado. Algunas calles tienen placas dibujadas: el gallito, el venadito, el negrito, el ciclón... El Diario de Yucatán tiene un edificio basado en la arquitectura de Uxmal. En la Plaza Grande unas nubes rojas inmensas se ponen tras el Palacio Municipal. Tomamos helado de mango en las mesas de la Dulcería Sorbetería Colón de la plaza, mirando a la gente sentada en los bancos y los niños que se suben a los laureles chinos con copas de formas geométricas. Dibujo esos marcos metálicos que ponen en sus dientes. La heladería tiene fotos antiguas colgadas en sus paredes de la ciudad y la misma heladería a principios del siglo XX, con las mismas mesas y las mismas sillas donde ahora estamos sentados.

1 comentario:

  1. Cuánta historia y mundo te traes entre tus hojas. Una se siente pequeña y analfabeta al no hacer uso de esa enciclopedia ilustrada que es el mundo y dedicarse a conocerlo. Sigo enganchada a tus renglones, tus espacios cromáticos y tus encuadres hiperrealistas.
    Sigue viajando, sigue.

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