martes, 7 de agosto de 2012

viajando por tenerife en 1932


Esta semana nos dedicamos a visitar esta isla, entre reunión y reunión, de extraña vegetación. Especialmente interesante el viejo drago canario de Icod de los Vinos (dracanea draco, a cuya sabia se le imputan poderes medicinales), las cuevas en que viven para atajar el calor, los cultivos en terrazas, las piscinas naturales volcánicas de Garachico y el gran Teide.
Karl tantea a AR y al general. Tenemos asegurado Madrid y Sevilla ganada. Aquí vemos mucho movimiento cenetista, mucho rebelde catalán merodeando. En el telegrama de Anne a Karl, manda un guiño en clave que sólo yo puedo descifrar. El mundo no nos acompaña. Encontraremos nuestro sitio y nuestro tiempo. Nos veremos en París.

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