sábado, 24 de marzo de 2012

aswan


 A las cinco de la mañana ya están las tiendas abiertas y gente en las terrazas de los cafés.  Amanece y las mezquitas se ven impresionantes iluminadas. A pesar de ir en grupo, no dejo de agacharme para coger chapas o cajas de cerillas; un impresentable. Desde el avión se ve el Desierto Arábigo u Oriental como una sopa con corruscos de piedra. Al fondo, una cordillera negruzca se interpone al Mar Rojo. Llegando a Luxor, el capitán nos habla en árabe. Atravesamos el Valle de los Reyes.
El egipcio típico es moreno de tez y de pelo. La nariz grande, muy redondeada, con grandes agujeros pero sin las aletas levantadas de los subsaharianos. El pelo recio y corto, y siempre enseñando los dientes sonriendo. La mayoría lleva bigote, y los más jóvenes y modernos perilla. En la frente tienen una mancha oscura de los rezos, es una señal de fervor que lucen orgullosos. En El Cairo son más occidentales y más abiertos, y no se ven tantas chilabas.Los ricos de otros países árabes vienen de vacaciones porque no son tan estrictos y pueden ir a clubs nocturnos.
Ilustración (autor desconocido) del cocodrilo del Nilo en 1910.
Atravesamos el Lago Nasser y aterrizamos en medio del desierto. Nos hospedamos en un barco llamado Silver Moon. Mientras preparan los camarotes, nos llevan a ver un coloso en la cantera de granito cuyo rostro está desgastado por muchas generaciones de turistas. El camarote es pequeño pero cómodo, con baño propio y unas vistas excelentes sobre el agua del Nilo.
En las calles paralelas al paseo fluvial, está el zoco. En las primeras están las tiendas turísticas, y alejándose empiezan los puestos nubios. Mujeres vestidas de negro hasta arriba, carnes en canal con moscas, pequeñas peluquerías y cafés, tiendas de hierbas y especias, naranjas. Guapísimas nubias y guapísimos nubios (llaman egipcios a los no nubios, con los que no se casan, tienen su propia lengua no escrita que se transmite de padres a hijos). Los niños nos ofrecen cosas que no queremos. España tacaña, viva Franco dicen para jodernos.

En la terraza del barco se está muy a gusto. Dibujo la vista, con el río, las falucas con las velas recogidas, el mausoleo de Mohammad Sha Agha y los enterramientos de nobles, en la vertiente occidental del Nilo, excavados en la roca y con rampas al agua.
La gran presa de Asuán es el orgullo de los egipcios. Nasser la construyó con las tasas que impuso al paso por el Canal de Suez. Produce el 95% de la energía eléctrica que el país consume. Está absolutamente militarizada, al igual que Asuán; según dicen, un atentado arrasaría el país (en la Guerra del Golfo, Egipto optó por el lado americano) . Forma el Lago Nasser, el lago artificial mayor del mundo, que arrasó las tierras fértiles de los nubios. Los famosos cocodrilos del Nilo no pueden atravesar las turbinas y se acabaron en el Nilo egipcio. Los nubios los traen pequeñitos desde el otro lado del lago.
El Obelisco Inacabado muestra en una cantera la forma de trabajar la piedra directamente en la roca original. Tiene cuarenta y dos metros y unas mil trescientas toneladas. En el cementerio de Asuán destacan las cúpulas antiguas del Cementerio Fatimí, para glorificar a los santos del Islam. Los visitamos conducidos como ovejas. El grupo hace cola en un cajero. Me alejo para darme un paseo. Un policía se acerca y me dice que voy mal, con una boca llena de dientes dorados. ¿Dónde voy mal?


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