viernes, 11 de noviembre de 2011

otro patio en el cristo







Este patio está muy reconstruido, pero mantiene el porche, dos escaleras simétricas originales, el empedrado, la cueva con su puerta original, el pozo con brocal de barro cocido y la pila. Los corrales dan al castillo y desde la galería superior pueden verse los tejados vertiendo las aguas al patio vecino. La dueña me lo enseña con gusto y apelando a nuestra relación de vecindad. No está muy contenta con el cambio de tiesto de su pequeña higuera, que era de piedra blanca.
El problema es que su hijo tiene una idea más turística del asunto y sigue los parámetros reconstructivos que los arquitectos están aplicando a las obras de las antiguas iglesias y casas, resaltando ciertos elementos que antes se conservaban ocultos. Un ejemplo claro es la rehabilitación de las fachadas (subvencionadas), sacando a la luz los ladrillos de separación de los tapiales y los que marcan los vanos de ventanas y puertas, que, en realidad, siempre han estado encalados (dándoles ese aspecto extraño de inacabado de la foto superior).

Para mí, el aspecto provisional de este patio, en constante obra, le resta la paz que un patio necesita. El tiempo, sin duda, la restablecerá.

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