miércoles, 24 de agosto de 2011

metamorfosis

 Pero a la mañana siguiente, cuando Mr. Tebrick despertó, se llevó un disgusto al comprobar que ella no estaba en la cama, a su lado, sino enroscada a sus pies. Durante el desayuno ella apenas prestó atención a lo que su marido le decía, y luego lo hizo; pero mostrando impaciencia y mirando la paloma de la jaula.
 Mr. Tebrick se quedó sentado en silencio y mirando por la ventana durante un buen rato y luego sacó del bolsillo la cartera. En ella llevaba una fotografía de su esposa, tomada poco después de la boda. Ahora contemplaba largo rato aquellas facciones familiares, para después alzar la vista  y mirar al animal que tenía ante sí.
                         De dama a zorro. David Garnett

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