domingo, 7 de agosto de 2011

desaparecidos: la chocolatería hileras























Duró sólo unos tres años. Ellas vinieron con acento argentino pero eran de aquí. Mi padre trabajó por todo el mundo y estuvimos un tiempo en Argentina. La madre era la jefa y las hijas hacían churros y chocolate. Eran muy simpáticas. Un día me confundieron con un actor de telenovelas y me costó mucho convencerlas de que no era yo. Solía ir a tomarme un café con leche y un Torres 5 después de comer en la terraza de Toña. Respetaron el mobiliario del bar anterior, sillas y mesas de tubo de acero, precioso. Se podía leer El País. La fachada era de cristal y podía uno seguir los movimientos de la calle. Ahora es la sucursal de una de las mejores y más pequeñas taquerías de Madrid: Mi ciudad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario