viernes, 8 de julio de 2011

desayunos en bolaños


Mi hermano Pablo decía que comiendo en casa los veranos (cuando nos juntábamos los 12 hermanos, mis padres y mi abuelo) no hacía falta leer. Se podía obtener un buen nivel cultural sólo escuchando. Y es que se organizaba un bonito debate en que los temas discurrían rápida y plácidamente (aunque a veces subía el volumen). Era una auténtica tertulia. Cada uno dominaba una serie de temas. Podíamos oír la etimología de las palabras, funcionamientos físicos, mecánicos y eléctricos, interpretaciones históricas y económicas, sucesos ilustrativos... y todo con buenas dosis de humor.
Por eso ahora me gusta desayunar con mi hermano Javier. Él tiene muchos conocimientos y, lo mejor, habla sin emoción de ellos. Objetivamente, calculados y discurridos, sin ese sentimentalismo trasnochado que corre por nuestras venas, y que nos pierde.
Hoy hablamos de la viñeta de El Roto. ¿Por qué hemos apostado por China como motor mundial, con esa tradición aislacionista y esa industria devoradora que en pocos años destruirá el planeta? ¿Qué visión de futuro tiene un país que explota miserablemente a sus súbditos, sin importarles su salud o su muerte, mediante un Estado asesino?. Y esa forma eufemística-tramposa de hablar. Competitividad: ¿Podemos competir con los salarios chinos?¿Es eso lo que queremos? Sostenibilidad ¿Puede ésto sostenerse?¿Envidiamos un país (el 20% de la población mundial) que en un año puede esquilmar la cuenca del Amazonas?
¿Por qué no apostamos por los países de la cuenca del Mediterráneo?¿Marruecos, Egipto, Siria?¿Por qué hemos abandonado a los rumanos, que vagan nómadas por toda Europa?

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