viernes, 22 de julio de 2011

camino aragonés: de sangüesa a monreal


Cuatro bajas hoy: Antonio, Lourdes y la pareja de daneses. Hoy la etapa es más divertida, con bosque, molinos, águilas, pájaros y codornices, vacas, viñas (por primera vez), montaña y llano. Y también puertas de madera y piedras colocadas de una extraña manera, a lo Chesterton. Seres del bosque.
Subimos a Rocaforte y seguimos el curso del río con inmensos álamos, detrás de la montaña, a la derecha, molinos de viento. Y es que hace frío, viento frío. Subidas y bajadas con mucho bosque hasta Izco. Un poco antes, las vacas se nos cuadran en el camino. Comilona en Izco, sentado en el frontón mirando jugar a los niños. Valle de Ibargoiti un poco pesadito de tanto cereal. Sin embargo, los dos últimos kilómetros el camino ideal bajo el bosque de robles, blandito, perfecto.
En Monreal, un pueblo de piedra precioso, nos espera Antonio con unos montados en la casa. Invitamos a Pili, que se ha quedado sola. Luego se va al Albergue, donde todos duermen en una habitación grande con camas provenzales tipo enanitos de Blancanieves. La casa es antigüa, muy cuidada. Con alguna morcilla de Ikea. El dueño un seco. Nos damos una vuelta y acabamos cenando en el super-bar-panadería-estanco-tienda de chuches, donde nos dejan fumar con los cafés y los pacharanes. Ya pronto, me pongo a roncar.

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